viernes, 1 de julio de 2016


EN CUMANÁ, LO QUE SE DICE NO ES.
Los hechos de Cumaná están dejando una secuela paradójica que genera  una acuciante curiosidad e incita al más peculiar “mirar de reojo”, ya apagado el humo de los saqueos. Quizás en esta alocada realidad cumanesa se están presentando expresiones de la degradada, descompuesta y deteriorada situación que impera en el poder “rojo”, tanto regional como nacional.
En su ritual ditirámbico de juez y verdugo, el Presidente Maduro se pronunció sobre los saqueos de Cumaná, y lo hizo de una manera lacerante con estas palabras: “Sectores armados y violentos de la derecha están presos (…), están presos los autores directos que impulsaron los hechos violentos”. Acompañando este retoricismo presidencial, el vicepresidente Aristóbulo Istúriz complementó con lo siguiente: "Aquí (en Cumaná) no ha habido una acción espontánea del pueblo, aquí ha habido un plan”. Después que este “sanedrín” se pronunciará, efectuando un dibujo libre de “otro crimen de la oposición”, se generaron algunos acontecimientos que merecen ser analizados de manera muy puntual.
 Freddy Bernal, el jefe de los “benditos” Clap a nivel nacional, anunció las capturas de los supuestos líderes de los saqueos cumaneses, cuyas características contradicen el ditirambo de Maduro y de Aristóbulo. Por ejemplo, se anunció la detención de José Luis Marcano, alias  “el varón”, un conocido funcionario del tristemente célebre exgobernador Enrique Maestre, a quien acompañó como jefe de la “misión vida” y como director del Servicio Autónomo Integral para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes(Sapinaes), siendo destituido después por el actual gobernador Acuña; e incluso, también fue director de la Oficina de Prevención del Delito, donde realizó labores de mediador con bandas delictivas durante el proceso variopinto calificado de “pacificación”, entre los años 2009 y 2010; cabe destacar que este personaje fue detenido en el año 2014 cuando parientes de privados de libertad protagonizaron en Cumaná cierres de vías y quemas de cauchos que colapsaron la ciudad, acciones cuya jefatura recayó en este “pastor de una iglesia evangélica”. Como continuación de los partes policiales de Bernal,  se  anunció también la captura de Rafael Quijada, alias “Tasmania”, miembro del Frente Bolivariano de motorizados, y calificado como otro líder responsable de los saqueos.
Los procedimientos continuaron en otro ámbito penal. Recientemente fue  destituido y puesto tras las rejas el dirigente psuvista Mauricio Mudarra, quien, hasta el momento de su detención por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), fungía como coordinador regional de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos, además de ser connotado dirigente del PSUV, fue diputado de la Asamblea Nacional por el MVR, y llegó al cargo de Secretario Privado del actual Gobernador. Su detención se debió a una solicitud del Tribunal 2do. de Control del Circuito Judicial de la ciudad de Cumaná,  bajo acusación de actos de corrupción; es decir,  estamos hablando  que le pusieron los “ganchos” al que es nada más y nada menos el jefe del ente de control y defensa del consumidor en la entidad sucrense.
Hasta ahora, a pesar de los señalamientos kafquianos de Maduro y de su combo, estos figurines de origen chavista o madurista son los que están tras las rejas, y esta realidad deja mucho que pensar sobre la cohesión psuvista.
 ¿Qué pasa dentro del chavismo, cuyo pus degradante explotó enmadurado en la pobre Cumaná? Quizás adelantó una respuesta de esta interrogante cuando digo que el proyecto político imperante en este país, desde casi dos décadas, se asemeja hoy a una casa descrita en una novela de Rodolfo Izaguirre cuyos moradores son devorados por escorpiones, cucarachas y ratas en un clima opresivo y alucinante.
BELTRÁN VALLEJO.

Vallejobelis3@gmail.com