EN CUMANÁ, LO QUE SE DICE NO ES.
Los hechos de Cumaná están dejando una secuela paradójica que
genera una acuciante curiosidad e incita
al más peculiar “mirar de reojo”, ya apagado el humo de los saqueos. Quizás en
esta alocada realidad cumanesa se están presentando expresiones de la
degradada, descompuesta y deteriorada situación que impera en el poder “rojo”,
tanto regional como nacional.
En su ritual ditirámbico de juez y verdugo, el Presidente Maduro
se pronunció sobre los saqueos de Cumaná, y lo hizo de una manera lacerante con
estas palabras: “Sectores armados y violentos de la derecha están presos
(…), están presos los autores directos que impulsaron los hechos
violentos”. Acompañando este retoricismo presidencial, el vicepresidente
Aristóbulo Istúriz complementó con lo siguiente: "Aquí
(en Cumaná) no ha habido una acción espontánea del pueblo, aquí ha habido un plan”. Después que este “sanedrín” se pronunciará, efectuando un dibujo
libre de “otro crimen de la oposición”, se generaron algunos acontecimientos
que merecen ser analizados de manera muy puntual.
Freddy Bernal, el jefe de
los “benditos” Clap a nivel nacional, anunció las capturas de los supuestos
líderes de los saqueos cumaneses, cuyas características contradicen el ditirambo
de Maduro y de Aristóbulo. Por ejemplo, se anunció la detención de José Luis
Marcano, alias “el varón”, un conocido
funcionario del tristemente célebre exgobernador Enrique Maestre, a quien
acompañó como jefe de la “misión vida” y como director del Servicio Autónomo Integral
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes(Sapinaes), siendo destituido
después por el actual gobernador Acuña; e incluso, también fue director de la
Oficina de Prevención del Delito, donde realizó labores de mediador con bandas
delictivas durante el proceso variopinto calificado de “pacificación”, entre
los años 2009 y 2010; cabe destacar que este personaje fue detenido en el año
2014 cuando parientes de privados de libertad protagonizaron en Cumaná cierres
de vías y quemas de cauchos que colapsaron la ciudad, acciones cuya jefatura
recayó en este “pastor de una iglesia evangélica”. Como continuación de los
partes policiales de Bernal, se anunció también la captura de Rafael Quijada,
alias “Tasmania”, miembro del Frente Bolivariano de motorizados, y calificado
como otro líder responsable de los saqueos.
Los procedimientos continuaron en otro ámbito penal. Recientemente
fue destituido y puesto tras las rejas el
dirigente psuvista Mauricio Mudarra, quien, hasta el momento de su detención
por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), fungía como
coordinador regional de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los
Derechos Socioeconómicos, además de ser connotado dirigente del PSUV, fue diputado
de la Asamblea Nacional por el MVR, y llegó al cargo de Secretario Privado del
actual Gobernador. Su detención se debió a una solicitud del
Tribunal 2do. de Control del Circuito Judicial de la ciudad de Cumaná, bajo acusación de actos de corrupción; es
decir, estamos hablando que le pusieron los “ganchos” al que es nada
más y nada menos el jefe del ente de control y defensa del consumidor en la
entidad sucrense.
Hasta ahora, a pesar de los señalamientos kafquianos de Maduro y
de su combo, estos figurines de origen chavista o madurista son los que están
tras las rejas, y esta realidad deja mucho que pensar sobre la cohesión
psuvista.
¿Qué pasa dentro del
chavismo, cuyo pus degradante explotó enmadurado en la pobre Cumaná? Quizás
adelantó una respuesta de esta interrogante cuando digo que el proyecto
político imperante en este país, desde casi dos décadas, se asemeja hoy a una
casa descrita en una novela de Rodolfo Izaguirre cuyos moradores son devorados por
escorpiones, cucarachas y ratas en un clima opresivo y alucinante.
BELTRÁN VALLEJO.
Vallejobelis3@gmail.com