domingo, 20 de diciembre de 2015

Nº 49                                                     Domingo, 20 de diciembre de 2015

Siegbert Holz
El doctor alemán

El sector salud, en nuestro municipio, no escapa al análisis que debe hacerse cuando se aborda de manera integral la compilación de todo el  proceso histórico que se desarrolló a lo largo del siglo XX. En nuestro caso –Cariaco-  fue tardía la presencia médica y la atención que debía recibir la población se circunscribía a la orientación y vigilancia que recibían de los denominados “boticarios”, personajes que tuvieron un importante rol ese siglo, no quedándose atrás los rezanderos, yerbateros, sobadores y sacamuelas .

Hasta el año 1939 la atención médica que recibían los pobladores de Cariaco y sus alrededores estaba sujeta a los denominados médicos itinerantes, que cada cierto tiempo, venciendo las dificultades de la naturaleza, realizaban para el desplazamiento, a pie o en ancas de los animales (burros o caballos) visitas la población; sin embargo era mucha la resistencia que éstos encontraban entre los enfermos que preferían al curioso de la localidad que a un profesional universitario.

Es en el año 1933, durante los días 27 y 28 de junio, cuando las costas del estado Sucre, de manera particular la zona de Paria, es asolada por un huracán que dejó graves daños en la región y destrozó completamente la economía,  que para la fecha estaba sustentada en la agricultura de toda  la zona, que sacó muchos barcos hacia tierra, que destruyó el sistema de electricidad dejando como saldo varios muertos. Los ríos, muchos de ellos hoy desaparecidos, se desbordaron causando inundaciones en varios de los distritos parianos que obligaron al gobierno de la época a declarar la emergencia y la atención del gobierno nacional.

En Ribero las pérdidas fueron cuantiosas, acelerando de esa manera el éxodo de muchas familias poseedoras de grandes extensiones de terrenos cultivables de cacao, café, coco, caña, entre otros, que desaparecieron para ese momento. El río Carinicuao, cuyo cauce principal se desplazaba por la zona sur-oeste de la población, en lo que actualmente son los sectores que comprenden La Reforma, barrio Carinicuao, desviándose por un costado del actual matadero municipal para seguir tierra adentro, se salió de su cauce, creando un enorme fangal que abarcó a toda el poblado durante mucho tiempo, generándose una epidemia de paludismo que los diezmó.

La poca presencia de profesionales de la medicina, no sólo en el estado Sucre, sino en el resto del país, hizo imposible que se les diera la debida atención a los que caían afectados por la enfermedad, generándose una dramática situación que es enfrentada finalmente por el abogado Alberto Díaz, presidente del estado Sucre  quien solicitó la incorporación de galenos para atender la epidemia.

El nombre de Siegbert Holz de ninguna manera puede tener alguna relación con los pueblos del municipio Ribero y de modo particular con Cariaco y Muelle de Cariaco. Tanto el nombre como el apellido no son de origen español; provienen de la ciudad alemana de Allenstein, donde nació el 27 de junio de 1911. Este médico, junto con su esposa Elly había llegado a Venezuela el 27 de mayo de 1939, a bordo de la motonave Orazio,   huyendo del genocidio nazi.

Dos meses después de su arribo a Caracas, recibió la oferta para que se encargara de la medicatura rural de Cariaco. En un viaje que duró siete días en barco desde La Guaira a Cumaná, llegó a la capital sucrense, siendo recibido por Díaz, con quien firmó un contrato de trabajo por seis meses. Ese mismo día, el 2 de agosto de 1939 salió hacia la capital del distrito Ribero, en un trayecto que tuvo una duración de cinco horas. Al llegar, en horas de la tarde, era esperado por las autoridades encabezadas por el presidente y el vicepresidente del Concejo Municipal, el presidente del comité supervisor de la recién creada medicatura, el jefe civil y otras autoridades de la población quienes, luego de la bienvenida lo acompañaron hasta las viviendas de los afectados por el paludismo. En la primera casa donde entró, una niña de ocho o nueve años, que se encontraba en estado de coma, expiró. El pueblo le daba a esa forma de paludismo el nombre de “La económica”: no daba tiempo de gastar dinero en medicamentos.

La sede asistencial había sido ubicada en una enorme casona de la calle Bermúdez, conocida como la “casa de los balcones” perteneciente a un personaje local conocido como Joaquín Villegas. Al día siguiente de su llegada Holz realizó un conteo macabro: diez ataúdes habían desfilado frente al “dispensario” camino al cementerio. En los días siguientes cinco, seis, ocho entierros diarios. ¡Espantosa cosecha de la muerte en un pueblo de apenas dos mil habitantes!

Tenía asignado como ayudante a un joven de nombre Antonio José Marcano (Marcanito) con quien enfrentó la epidemia del paludismo. Lo hizo armado con un arma sencilla, pero eficaz: una caja de sobres conteniendo quinina, que le fue entregado por el recién nombrado jefe de la División de Malariología del Ministerio de Sanidad y Asistencia social, Dr. Arnaldo Gabaldón.

En pocas semanas el brote malárico fue cediendo y tres meses después había casi desaparecido. Posteriormente se dedicó a la atención de amibiasis, parasitosis intestinal, gastroenteritis y desnutrición infantil, tuberculosis y lepra. Influyó en el manejo de los partos por parte de las comadronas a quienes a través de charlas se les oriento sobre la higiene que debía implementarse, logrando que estas se lavaran las manos con agua y jabón, a realizarlos en el catre vestido de ropa limpia, a emplear agua hervida y algunas hasta usar guantes de goma, lo que redujo la alta mortalidad en mujeres y recién nacido por casos de tétanos e infecciones de origen puerperal.

Durante los seis años que permaneció entre Cariaco y Muelle de Cariaco con su esposa la médico Elly de Holz, éste se convirtió en una persona muy querida por la población, nunca llamándole por su nombre sino por “el médico alemán”. En 1945 se marchó de Cariaco, permaneciendo en Cumaná por cortó tiempo y luego se trasladó hasta Caracas, donde realizó una ascendente carrera que lo convirtió con el tiempo en uno de los más reconocidos científicos en el aérea de la farmacología.

Este ciudadano, quien recibió el Premio Nacional de Ciencia del Consejo Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología (CONICIT) en 1983, fue  merecedor de otras distinciones provenientes de Sociedades Científicas. En reconocimiento a su excelente trayectoria, la Biblioteca del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel lleva su nombre y el de su esposa.

El afectó que por él tenía la población, le valió para que el comité Organizador del I Reencuentro de los Hijos de Cariaco le entregara junto a otras personas el título de Hijo Adoptivo de Cariaco, distinción que recibió el 29 de abril de 1967. En septiembre de 1996 recogió sus memorias en el libro “Recuerdos de Adopción” que fue editado por la Universidad Central de Venezuela, donde fue  director fundador del Curso de Especialización en Farmacología del Postgrado de la Facultad de Farmacia.

El médico alemán Siegbert Holz, quien estuvo entre nosotros durante seis años, falleció el 31 de diciembre de 1999 en la ciudad de Caracas y esta síntesis se realizó para recordar a las nuevas generaciones de cariaqueños de que para entender nuestro presente  hay que mirar hacia los que nos antecedieron.
Los médicos Siegbert y Elly de Holz. 
A ellos les tocó enfrentar la epidemia de paludismo que diezmó a la población de Cariaco en 1939.


 La procesión de posada
Es una representación que consiste en recordar la peregrinación de San José y la Virgen desde su pueblo de Nazaret hasta Belén. En Cariaco lo organizó la cultora popular Guillermina Ramírez quien salía con jóvenes de la zona donde vivía realizando un recorrido por las calles de Cariaco para luego retornar hasta el punto de partida: La Reforma; finalizada la jornada se efectuaba una jornada que incluía el baile de joropo y estribillo, el baile de la burriquita y por supuesto un suculento sancocho para recuperar fuerzas después del trasnocho.
La procesión de posada fue una manifestación que impulsó la cultora popular  Guillermina Ramírez en Cariaco.
Remembranzas ribereñas
El 22 de Diciembre de 1930. En Cariaco, nació Gastón Navarro Dona. En su condición de abogado fue Fiscal del Ministerio Publico en Falcón; Juez 4to de Primera Instancia en lo Penal, en Caracas; Profesor en el Liceo Cecilio Acosta de Coro, y autor del trabajo: Circunstancias Agravantes de la Responsabilidad Criminal. Fue gobernador del estado Sucre en dos oportunidades.
Gastón Navarro Dona, en dos oportunidades gobernador del estado Sucre, nació en Cariaco hace 85 años. Aquí lo vemos acompañado de su ahijada Mércida Mayz de Armas y Gonzalo Villegas.