sábado, 29 de octubre de 2016

Toponímicos de Cariaco

Aún se conserva en la memoria de residentes de Cariaco, los populares nombres que identificaban a los sectores de la población  en el siglo XX.


Félix R. Bejarano

Hasta finales de los años 50, del siglo XX, Cariaco era apenas un pequeño centro poblado al que era posible su observación desde las torres del templo de la comunidad. El espacio territorial estaba circunscrito a tres calles principales que eran Las Flores, Comercio (José Francisco Bermúdez) y Sucre;  no existían barrios ni urbanizaciones, sólo algunos sectores cercanos a estas calles que eran sólo polvorientos  caminos en verano y barrizales en el invierno,  hasta llegar a ranchos de bahareque y techos de palma o carata, sin puertas, sólo cubiertas por esteras o retazos de tela.

Sin embargo los residentes denominaban a varios de esos lugares con apelativos sustentados en las condiciones ambientales que a lo largo de la historia afectó a sus moradores. Una de las condiciones adversas era propiciada por las constantes crecidas del río Carinicuao que tenía su cauce natural, casi dentro de la población discurriendo a lo largo de la calle Las Flores, pasando por la Reforma  y siguiendo su trayectoria hacia el oeste por “barrancón”.

La localidad permanecía inundada durante gran parte del año, convirtiendo los terrenos en cenagosos, imposible de transitarlos, lo que era propicio para que su gente sufriera los avatares de epidemias como el paludismo, cuyo auge se exacerbó durante el año 1939, que tal como lo relata el médico Siegbert Holz en su libro Recuerdos de Adopción, al día siguiente de recibir el dispensario vio pasar hasta diez entierros con destino al cementerio.

Los sectores que fueron conocidos y que aún quedan sus reminiscencias contadas por personas,  muchas fallecidas como el cronista emérito de  Cariaco, Francisco Caraballo  -el maestro Pachico- ya no existen debido al urbanismo, construcción de nuevas calles y la modernidad que poco a poco se fue posando sobre el pueblo a comienzos de los años 60 del siglo XX; siendo estos sectores:
El maestro Francisco Caraballo, fue un informante clave en diversas oportunidades
Las Cuibas
Con el desbordamiento del río, las aguas tenían cauces alternos y uno estos era el que entraba por el sector de “la reforma”, pasaba por la calle Ángel María Arcia hasta la calle Sucre, anegando los terrenos cercanos y la conocida Escuela Concentrada, ubicada en lo que fue la sede del Liceo Raimundo Martínez Centeno, derrumbado por el terremoto de julio de 1997.
La permanencia del agua propició la cría de los ampuláridos (Ampullariidae) (= Pilidae), son una familia moluscos gasterópodos de aguas dulces tropicales y subtropicales, conocidos vulgarmente caracoles de laguna, caracol manzana, caracol dorado, caracol del Paraná, caracol gigante, caracol lunar, churos, churo de agua, sacha, guarura y cuiba.

Por este último nombre era conocido el lugar debido a la abundancia que permitía a muchos pobladores utilizarlo como alimento.
Cuibas
Remanganagua.
Es la denominación de otro sector que se ubicaba en otra zona anegada por donde se desplazaban los arroyuelos formados por las crecidas. Se le sitúa entre “las Gómez, calle Carabobo c/c Junín, exactamente donde se encuentra la Escuela Bolivariana “Valentín Valiente”.

Eran terrenos cultivables y las mujeres cuando acudía a esos lugares para conseguir agua para consumo, tenían que remangarse las enaguas, o medio fondos que era de uso común. De allí el nombre de Remanganagua.

El Dr. Diego Carbonell, quien nació en Cariaco en 1884, describe en su libro Bodegones de la Tierra Natal, lo siguiente:
La calleja larga, soledosa y a trechos deshabitada, era un barrizal. Va de Nirgua a Remanganagua, y descendiendo por ella, se encuentra el callejón del cementerio: es más bien una vereda con algunas casuchas en un bosque de yaques, platanillos, higueretas, ciruelos, jabillos y guayabos.

Nirgua.
Asi se denominaba el sector ubicado al final de la calle Sucre, cruce con Ribero donde se encuentra la antigua construcción de la Escuela Básica Estanislao Rendón.
Su denominación obedecía a la proliferación de la Tunga penetrans que es una especie de insecto sifonáptero de la familia Hectopsyllidae. Es una pulga que ataca la piel. Afecta principalmente la piel de los pies; se introduce en ella y produce prurito intenso. Popularmente se le conoce como "niguas" y parasitológicamente como tungiasis.
Tiene un tamaño inferior a 1 mm, con cabeza grande y forma un ángulo con el vientre. Puede atacar a humanos, cerdos y otros animales domésticos. Se suele contraer al pisar suelos mojados y sucios.
Por las condiciones del lugar y la insalubridad que allí existía, era una de las enfermedades más comunes de la zona. Sin embargo no era el nombre nigua el que se utilizaba sino el de Nirgua.
Niguas en los pies.


Barrancón.
Este sector comenzaba desde la calle Bermúdez, con Ribero en el camino hacia Tropezón, Queremene y Campoma. Allí vivían las personas más pobres de la población, en viviendas de barro y paja. Allí, precisamente nació el ilustre de Cariaco Juan Quijano.

La chica.
Espacio de terreno donde se construyó la sede del primer liceo de Cariaco. Era una zona boscosa que fue desforestada por jóvenes de la época para construir un campo deportivo donde se jugaba beisbol y futbol.

La Rinconada.
Lo que es actualmente se conoce como la calle Miranda culminaba en el lugar donde se encuentra el jardín de infancia del mismo nombre, en el cruce con la la calle Jesús Guillermo Guzmán, desde ahí en adelante era zona de conucos y era el lugar que por donde transitaban los que se trasladaban desde Cariaco hasta Carúpano.

Todas estas zonas fueron desapareciendo con la construcción de barrios, urbanizaciones, ampliaciones de calles y el crecimiento de la población. Estos lugares  están en el recuerdo de los ancianos que aún se encuentran entre nosotros. 

Debo resaltar que desde la Escuela Básica “Estanislao Rendón” que fue la sede de la XX Exposición de Altares y Velorio de Cruz de Mayo realizó su muestra recordando a estos lugares del Cariaco que quedó atrás.

Nota del redactor: Este trabajo aún no está concluido. Si considera que puede hacer aportes a lo aquí expuesto serán bien recibidos.

jueves, 27 de octubre de 2016

En África se dice que cuando un anciano muere arde una biblioteca.

En Venezuela…se murió un viejo.

Falleció en Chamariapa Afuera Eugenia Alcalá, 
próxima a cumplir 105 años

Félix R. Bejarano
CNP 19.587

Hoy, cuando me enteré de la muerte en la población de Chamariapa Afuera, municipio Ribero, de la centenaria Eugenia Felicia Alcalá, nacida el 15 de noviembre de 1.911, próxima a cumplir 105 años, madre de Urbano Alcalá y abuela de Pedro Alcalá Farfán y Cruz Alcalá, entre los que conozco, me obliga a escribir esta nota, buscando la reflexión de los que aún desconocen la importancia de los ancianos para indagar en la construcción de las historias locales.

En la tradición de los pueblos de África son considerados  los ancianos como los actores más importantes de las comunidades; a ellos se les consulta, se les oye y es por eso que cuando mueren, consideran que una biblioteca se ha quemado. En Venezuela cuando un anciano fallece, para el común, con la excepción de los familiares, de manera desdeñosa si les pregunta ¿Quién fue ese que se murió? Responderán: ¡Ah no chico ese es un viejo!

Un anciano, aunque no sepa leer y escribir podrá relatar los cuentos, mitos y leyendas que hasta sus oídos llegaron cuando niños. Los acontecimientos más resaltantes en su vida. Nos dirá quien fue un determinado personaje del que queremos obtener información. Describirá las características del sitio dónde nació, de los muertos que salían en las noches. En fin, de muchos temas que no encontraremos en cualquier libro.

Pero si seguimos hurgando en estas personas, ellas podrán señalar quienes fueron  los que ejercían el oficio de  parteras, el sobador de los huesos, el que sacaba las espinas con oraciones, el que santiguaba las lombrices, el que sacaba piezas dentales, el sanador de culebrillas y el que curaba el mal de ojo a los niños, entre tantas dolencias. De todos aquellos que fueron los auxiliares de las poblaciones adonde no llegaba la medicina científica, que por estas zonas fue a partir del año 1939 cuando arribó el primer médico y se creó el primer puesto asistencial.

En estos días he sentido preocupación por los estudiantes del Liceo Raimundo Martínez Centeno quienes, de acuerdo al nuevo pensum deben recopilar información de los sitios donde residen. A los que tocan mi puerta les he preguntado si han recibido orientación acerca de cómo debe realizarse someramente, la manera de adquirir la información que buscan; sólo atinan a decir: nos dijeron que investigáramos, cosa que no puedo afirmar.

Hace algún tiempo me dirigí a algunas Escuela Bolivarianas de la zona invitando a los directivos y maestros a crear la sala de exposición  y que en ellas se le diera cabida a muestras permanentes con las fotografías de los personajes populares de la comunidad donde se encontraba asentada, entre ellas las de los cultores populares, los personajes como las pateras y sus síntesis biográficas de manera que desde allí los niños se acercaran a sus antecesores. Pero de un deseo no pasó y como sabemos deseos no empreñan.

Las avanzadas tecnologías de la comunicación propician, aparentemente, el conocimiento más avanzado y actualizado, cosa de lo que difiero porque el tío Google, a quien acuden para la búsqueda de información no las tiene todas consigo, a menos de que alguien se la cargue (la información) luego de procesarla hasta hacerla digerible, verificada y creíble.

Es así que reflexiono después de conocer de la muerte de esta anciana para llamar a la atención de los docentes de Cariaco y las poblaciones adyacentes para ir hasta sus aulas a dialogar con los niños y señalarles la importancia de los ancianos en las comunidades.

Eugenia Felicia Alcalá será enterrada este viernes 28 de octubre en el cementerio de Chamariapa Afuera y de verdad que lamento no haber sabido antes de ella.

“En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia”.
Job 12:12
Consejo de ancianos de Diabugu en Gambia



En África se dice que cuando un anciano muere arde una biblioteca.

En Venezuela…se murió un viejo.

Falleció en Chamariapa Afuera Eugenia Alcalá, 
próxima a cumplir 105 años

Félix R. Bejarano
CNP 19.587

Hoy, cuando me enteré de la muerte en la población de Chamariapa Afuera, municipio Ribero, de la centenaria Eugenia Felicia Alcalá, nacida el 15 de noviembre de 1.911, próxima a cumplir 105 años, madre de Urbano Alcalá y abuela de Pedro Alcalá Farfán y Cruz Alcalá, entre los que conozco, me obliga a escribir esta nota, buscando la reflexión de los que aún desconocen la importancia de los ancianos para indagar en la construcción de las historias locales.

En la tradición de los pueblos de África son considerados  los ancianos como los actores más importantes de las comunidades; a ellos se les consulta, se les oye y es por eso que cuando mueren, consideran que una biblioteca se ha quemado. En Venezuela cuando un anciano fallece, para el común, con la excepción de los familiares, de manera desdeñosa si les pregunta ¿Quién fue ese que se murió? Responderán: ¡Ah no chico ese es un viejo!

Un anciano, aunque no sepa leer y escribir podrá relatar los cuentos, mitos y leyendas que hasta sus oídos llegaron cuando niños. Los acontecimientos más resaltantes en su vida. Nos dirá quien fue un determinado personaje del que queremos obtener información. Describirá las características del sitio dónde nació, de los muertos que salían en las noches. En fin, de muchos temas que no encontraremos en cualquier libro.

Pero si seguimos hurgando en estas personas, ellas podrán señalar quienes fueron  los que ejercían el oficio de  parteras, el sobador de los huesos, el que sacaba las espinas con oraciones, el que santiguaba las lombrices, el que sacaba piezas dentales, el sanador de culebrillas y el que curaba el mal de ojo a los niños, entre tantas dolencias. De todos aquellos que fueron los auxiliares de las poblaciones adonde no llegaba la medicina científica, que por estas zonas fue a partir del año 1939 cuando arribó el primer médico y se creó el primer puesto asistencial.

En estos días he sentido preocupación por los estudiantes del Liceo Raimundo Martínez Centeno quienes, de acuerdo al nuevo pensum deben recopilar información de los sitios donde residen. A los que tocan mi puerta les he preguntado si han recibido orientación acerca de cómo debe realizarse someramente, la manera de adquirir la información que buscan; sólo atinan a decir: nos dijeron que investigáramos, cosa que no puedo afirmar.

Hace algún tiempo me dirigí a algunas escuela bolivarianas invitando a los directivos y maestros a crear las salas de exposiciones y que en ellas existieran exposiciones permanentes con las fotografías de los personajes populares de la comunidad donde se encontraba asentada, entre ellas las de los cultores populares, los personajes como las pateras y sus síntesis biográficas de manera que desde allí los niños se acercaran a sus antecesores. Pero de un deseo no pasó y como sabemos deseos no empreñan.

Las avanzadas tecnologías de la comunicación propician, aparentemente, el conocimiento más avanzado y actualizado, cosa de lo que difiero porque el tío Google, a quien acuden para la búsqueda de información no las tiene todas consigo, a menos de que alguien se la cargue (la información) luego de procesarla hasta hacerla digerible, verificada y creíble.

Es así que reflexiono después de conocer de la muerte de esta anciana para llamar a la atención de los docentes de Cariaco y las poblaciones adyacentes para ir hasta sus aulas a dialogar con los niños y señalarles la importancia de los ancianos en las comunidades.

Eugenia Felicia Alcalá será enterrada este viernes 28 de octubre en el cementerio de Chamariapa Afuera y de verdad que lamento no haber sabido antes de ella.

“En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia”.
Job 12:12
Consejo de ancianos de Diabugu en Gambia



lunes, 24 de octubre de 2016

La Urb. El Tigre, en Cariaco, tiene fecha de nacimiento.

15 de diciembre de 1978

La Urb. El Tigre fue habitado el 15 de diciembre de 1978 por ocho familias procedentes de la ciudad de Cumaná.

Félix R. Bejarano.
Recientemente, en una reunión del Consejo Comunal Enrique Brekelmans, de la urbanización El Tigre, en Cariaco, en la que comencé a residir en el bloque 3 en marzo de 1979, uno de los voceros me pidió ayuda para escribir la historia del lugar entregándome una hoja con algunas anotaciones de una persona que había hecho el intento de realizarla, pero conociendo como sé la historia del lugar, acepté gustosamente, procediendo a realizar las investigaciones correspondientes, dando como resultado darle su fecha de nacimiento.

Esta zona residencial fue construida durante el primer gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979) por el Instituto Nacional de la Vivienda (Inavi) concibiéndose para la solución del problema habitacional, debido al crecimiento de la población cariaqueña. Para ese momento aún no existían los espacios residenciales como el barrio Carlos Andrés Pérez, 22 de Octubre ni Campo Alegre, entre otros.

Era un terreno que había pertenecido donde anteriormente hubo conucos  y posteriormente uno de los espacios era utilizado como campo deportivo para la práctica del béisbol. El nombre de El Tigre fue tomado de manera referencial del bar familiar que se encontraba al frente. Se previó la construcción de  cuatro  edificios, hechos en concreto armado, concluyéndose sólo tres de ellos: el 2,3 y 4, el primero nunca fue construido aunque se levantaron las bases, desconociéndose las causas.

El bloque dos es de forma rectangular y tiene 28 apartamentos. El edificio número tres cuenta con 36 espacios  y el bloque cuatro con 28  viviendas. En total resguardan a 96 familias, algunas de ellas viviendo desde el día que se tiene como fecha fundacional.

Para el año 1978 estas tres edificaciones estaban completamente terminadas, pero uno de los problemas que presentaba era la falta del servicio de agua potable, pues requería de la instalación de bombas impulsadoras hasta los tanques de almacenamiento y eso no estaba incluido en el proyecto.

Los primeros habitantes

Lo que acelera la ocupación de esos edificios fue la acción tomada por ocho familias residentes en varios sectores de la ciudad de Cumaná quienes el día 2 de diciembre de 1978, cuando se realizaban las elecciones presidenciales en Venezuela invadieron varias viviendas aun sin concluir en el sector Fe y Alegría de esa ciudad. Allí se mantuvieron durante siete días hasta el 9 cuando fueron desalojados por la Guardia Nacional y la policía regional, sus enseres fueron colocados  en camiones, pero  sin tener lugar a donde ir. Fue entonces que decidieron como opción desesperada tomar las instalaciones de Inavi, apostándose allí hasta que les dieran solución.

Los representantes de esa institución, ante la presión y la divulgación a través de los medios periodísticos de lo que estaba aconteciendo en la sede responsable de la implementación de políticas habitacionales, revisaron las obras que se desarrollaban para esa fecha en la ciudad de Güiria, municipio Valdez, Araya, en el municipio Sucre y Cariaco, encontrándose que sólo en la capital del municipio Ribero había condiciones para ubicarlos.

El viernes 15 de diciembre de 1978, a las siete de la noche, las ocho familias llegaron a Cariaco, siendo todas ubicadas en el bloque Nº 4. Estas eran: Zorayda Castañeda (Santa Rosa); Freddy González y Margot (Boca de Sabana); Alex Rosas y Rosemar (Santa Rosa) David y Amparo (Brasil); Pedro Gómez y Ana (Santa Rosa); Juan Ramón Rodríguez y Juana (Cumanagotos); Elida Rodríguez (Cumanagotos); Henry Morey y Xioraima (Panamericana).

Con el transcurrir de los años, la mayoría de estas personas retornaron a Cumaná, aunque aún algunos familiares permanezcan en la urbanización como es el caso de Dino Gómez, quien está radicado de manera definitiva.

La invasión

Dos meses después, durante la celebración de los carnavales de 1979, personas que manifestaban no tener vivienda invadieron los edificios, sin embargo muchos los abandonaron al encontrarse con unos espacios reducidos a los que no estaban acostumbrados y porque realmente si tenían donde vivir; otros inmediatamente solicitaron dinero para cederlos a quien lo quisiera, pero la mayoría se quedó allí.

Fue difícil la estadía durante los primeros meses por la falta de agua. Esto era solucionado con cisternas y posteriormente con la colocación de bombas impulsoras.

El gobierno presidido por el Dr. Luis Herrera Campins continuó la ampliación de la urbanización construyendo los edificios 5, 6, 7, y 8, dándole a Cariaco un aspecto avanzado por la urbanización que tenía, aunque no se le construyeron otros servicios que estaban previstos en el plan original.

Estos apartamentos de 3 y 4 habitaciones tenían un costo de 66.000 y 76.000 bolívares que en ese momento fue considerado por la mayoría de los que aquí vivían como muy elevados, sin embargo una política promovida por el Inavi, propició que muchos lo cancelaran con un considerable descuento.

Límites
En la actualidad la urbanización El Tigre tiene los siguientes límites
Norte: Barrio Carlos Andrés Pérez
Sur: Canal principal del Sistema de Riego de Cariaco
Este: Barrio Ribero
Oeste: Canal del sistema de riego.

El terremoto de Cariaco

El movimiento telúrico del 9 de julio de 1.997 ocasionó severos daños a dos edificios, el más afectado fue el bloque Nº 5 que obligó a su completo desalojo por parte de las autoridades quienes lo habían declarado inhabitable, sin embargo con el paso de los años volvió a ser habitado. El otro edificio fue el Nº 8, pero este fue posteriormente rehabilitado.
El bloque Nº 5 fue declarado inhabitable luego del terremoto del 9 de julio de 1997

Espacios para el uso y disfrute del tiempo libre

La urbanización tiene una cancha deportiva, un parque infantil infuncional y comparte con el barrio Carlos Andrés Pérez una pequeña plaza conocida como la plaza de los cultores populares Alí Primera.

Organización de la comunidad

Son múltiples los intentos realizados para que la comunidad se organice, siendo la primera vez la creación de una Asociación de Vecinos*. Es de ley las denominadas juntas de condominio que en algunos casos fracasaron en poco tiempo.

El 9 de marzo de 2014, en elecciones abiertas son electos los integrantes del Consejo Comunal Enrique Brekelmans.


Nota: Agradezco a Dino Gómez, quien llegó aún muy niño a Cariaco, la ayuda prestada para construir esta información.

Esta reseña no está concluida.