martes, 14 de junio de 2022

 


Dolores Benita 

Rodríguez de Luna

Joven aun, cuando apenas tenía 39 años, el 26 de abril de 1967, faltando 3 días para la realización del I Reencuentro de los Hijos de Cariaco, falleció en su residencia ubicada en la calle Carabobo, entre las calles Sucre y José Francisco Bermúdez, de Cariaco la insigne educadora Dolores Benita de Luna.

Los que la conocieron la recuerdan con respeto y admiración. Su característica principal era la firmeza con la que tomaba decisiones, siempre y cuando estas redundaran en beneficio de la educación, profesión a la que se dedicó con altruismo y pasión. Había nacido en Cariaco el 18 de septiembre de 1927 y fue el producto de la unión marital entre Juan Rodríguez y Antonia Bárcenas; era la mayor de 4 hermanos.

Su proceso de aprendizaje lo desarrolla en la Escuela Estanislao Rendón. Culminada la primaria es enviada a Cumaná donde ingresa a la Escuela Normal “Pedro Arnal” y de allí egresa en 1951, cuando tenía 24 años, con el título de Maestra de Educación Primaria.

Su primer trabajo como maestra lo realizó en la Escuela “Nueva Esparta” ubicado en el poblado de Caigüire, en Cumana, posteriormente es trasladada a la escuela de la población de Marigüitar y finalmente es enviada a Cariaco, desempeñándose en la escuela que regentaba el maestro Gregorio Espinoza ubicada en la calle Sucre, antigua sede del liceo “Raimundo Martínez Centeno”.

La maestra Dolores Benita no se conformó con estar dentro de las cuatro paredes de una aula; su preocupación se desbordaba al ver que se hacía necesaria una nueva institución escolar para los niños y niñas de Cariaco y sus adyacencias, y es así como se dedica con ahínco a realizar gestiones junto a otras personas preocupadas y nace la escuela Valentín Valiente, de la cual fue su primera directora.

Participación activa la tuvo para la creación de un liceo y en esas gestiones también se involucró. Se crea el liceo municipal “Rómulo Gallegos”, siendo su primera sede una edificación perteneciente al ciudadano Nicomedes Visáez, situada en la avenida José Francisco Bermúdez, donde estaba ubicado el restaurant Brasilia. Esa institución en sus primeros años estuvo bajo la responsabilidad del Concejo Municipal de la época y los que allí se desempeñaron lo hicieron de manera gratuita y la maestra Dolores fue una de ella.

Se involucró en la creación de la Escuela Granja “Cumanagotos” y fundadora del Núcleo Escolar 104. Los hombres y mujeres que con ella estuvieron en las múltiples gestiones que realizaban le reconocen la fortaleza y el empuje para lograr lo que se proponía. Uno de sus sueños, que no llegó a ver en su vida era el que Cariaco tuviera una casa de la cultura que creada en el año 1984, con orgullo detenta su nombre, al igual que la escuela ubicada en la población de Campearito, parroquia Catuaro.

Contrajo matrimonio con Jesús Luna, de cuya unión nacieron dos hijos, Nerkis y Jesús Enrique Luna Rodríguez.


El autor de esta síntesis biográfica es Félix R. Bejarano

lunes, 6 de junio de 2022

 

          Resumen biográfico de Juan Quijano

Félix R. Bejarano

El 24 de junio de 1924, en el sitio conocido como barrancón, en la denominada calle larga de Cariaco, nació Juan Bautista Quijano, producto de la unión entre Jesús Carvajal y Sofía Quijano. Esta falleció al poco tiempo quedando el niño al cuidado de su abuela Pastora Carrera.

Sus primeras letras las aprendió en la casa del maestro José Gregorio Espinoza. Fue enviado a Caracas por su abuela siguiendo los pasos de su padre quien se había marchado buscando una mejor suerte. Al llegar fue inscrito en las Escuela Ramón Isidro Montes, ubicada en Catia

Cuando apenas tenía 16 años de edad entró a laborar en el diario “Ahora” como pregonero y posteriormente hacía de ayudante de laboratorista en el departamento de fotografía. Era el que lavaba las fotos, secaba y posteriormente las entregaba a dos grandes fotógrafos de la época como lo fueron Juan Avilan y Francisco Edmundo “gordo” Pérez. Es contratado al poco tiempo por el diario El Nacional que estaba iniciando actividades, laborando como empaquetador de periódicos, todo esto bajo las órdenes de Pompeyo Márquez, quien le ofreció dos bolívares más de lo que ganaba en “Ahora”.



                                                        Su última visita a Cariaco

El “Gordo Pérez” quien también se había ido a El Nacional y conociendo las destrezas de Quijano lo lleva a ser ayudante de laboratorio. Al poco tiempo consideraron que ya estaba preparado para fotografiar y es enviado junto con el periodista Germán Carías como corresponsales en la ciudad de Barcelona.

Durante más de medio siglo se desempeñó en diversas fuentes del periodismo, cubriendo sucesos, deportes, política, eventos y sociales; en esta fuente fue donde Juan Quijano descubrió que la fotografía era un medio de poder ayudar a los demás y especialmente a su gente del pueblo de Cariaco. Es por eso que pudo resolver problemas de las comunidades, no solo de Cariaco sino de otros municipios del Estado Sucre.

Transportes escolares, vehículos bomberiles, ambulancias, sillas de ruedas, instrumentos musicales, equipos de odontología, equipos deportivos, intervenciones quirúrgicas para personas de escasos recursos, conseguirle trabajo a cualquier coterráneo, ayudar a solucionar problemas de las comunidades en las altas esferas gubernamentales como electrificación de caseríos, barrios, asfaltados de calles, construcción de viviendas fueron algunas de las obras que realizó Quijano en pro de su gente; pero un de las más importantes era venir a Cariaco a comienzos de año con una carga de juguetes que hacían felices a los niños de escasos recursos, canastillas para las embarazadas y todo lo que fuera útil para las personas.

Muchas fueron las condecoraciones recibidas: Orden José Francisco Bermúdez 2da. Y 1ra. Clase. Orden Francisco de Miranda. Orden Antonio José de Sucre 1ra. Clase. Orden Buen Ciudadano de Caracas. Orden Mérito al Trabajo

Por decenas se cuentan los diplomas y placas recibidas a lo largo de su vida, otorgadas por organizaciones culturales, educativas, vecinales, deportivas, gremiales.

Fue declarado Hijo Ilustre de Cariaco el 22 de marzo del año 2003 por el Concejo Municipal y la alcaldía de Ribero por solicitud de un grupo de personas de la comunidad que previendo su partida en cualquier momento propiciaron un acto de reconocimiento, cuya celebración nunca había sido visto en Cariaco. La Gobernación del Estado Sucre, al mismo tiempo le impuso la Orden Antonio José de Sucre en su Primera Clase.

En ese acto le correspondió a Félix Bejarano ser el orador por decisión de las personas que integraban la comisión organizadora del recibimiento y así se lo manifestaron a las autoridades municipales.

El músico y compositor

Fueron muchas las canciones que compuso, pero aquí dejamos el tema más importante que fue grabado por la reconocida agrupación aguinaldera “Los Tucusitos”.

Apodos de Juan Quijano:

El Embajador de Cariaco. El Ángel de Cariaco. El Hijo Ilustre de Cariaco. Juan Cariaco. San Nicolas Quijano. El Quijote de Cariaco y algunos más que los diremos en algún momento.

Su labor siempre reconocida por el pueblo que le vio nace, como evidencia y agradecimiento un barrio de Cariaco lleva su nombre, al Igual que el gimnasio de boxeo que gestionó. En otros Estados de Venezuela también apadrinó promociones.

Es de destacar que Juan Quijano fue un sempiterno y entusiasta promotor de las bondades naturales del Municipio. Era normar verlo llegar a Cariaco con su carga de amigos que venían a disfrutar de los “frescas montañas, placidas playas y mansos ríos.

Además promotor cultural por excelencia. Las fiestas de Cariaco se animaban con la presencia de los Tambores de Chuspa, El Típico con la Burriquita, José “catire” Carpio, Víctor Morillo, Los Hermanos Chirinos, Simón Díaz y muchos más.

El 15 de marzo de 2004, a las 3:00 a.m. Juan Quijano se marcho espiritualmente. Profundo dolor sintieron los hijos de Cariaco ante su muerte, sin embargo nos llena de satisfacción saber que Quijano ha sido el hombre más grande que ha parido la tierra ribereña en el siglo XX y quiera Dios que las nuevas generaciones sigan el ejemplo de un hombre que amó a su tierra hasta sus últimos momentos.

Una plaza con su nombre.

En el 2006 desde la casa de la cultura “Dolores Benita de Luna” su coordinador Félix Bejarano solicitó ante el alcalde del municipio Ribero, Dr. Ramón Ward, que se designara con el nombre de este hijo de Cariaco ese espacio. El aceptó, realizándose un acto en ese lugar el día 23 de junio de 2006 declarándose oficialmente como la plaza “Juan Quijano”.

El 15 de marzo de 2008, gracias al apoyo de la gobernación del estado Sucre, en las personas del gobernador Ramón Martínez, y el periodista Mauricio Ruiz, jefe de relaciones públicas se hizo la develación del busto que está allí.

 

martes, 25 de abril de 2017

Este escrito fue publicado por Félix R. Bejarano en abril de 2007, en el que se recogen los antecedentes del 

I REENCUENTRO DE LOS HIJOS DE CARIACO

Para el año 1967, Cariaco era una población que no excedía los cinco mil habitantes. Su economía estaba sustentada en la agricultura, lo que permitía a sus pobladores vivir dignamente, aunque el pueblo carecía de muchas obras que mejoraran su calidad de vida.

La carencia de instituciones educativas obligó durante muchos años a que los jóvenes que egresarán de las escuelas primarias se vieran forzados a salir del terruño, unos para dirigirse a Cumaná o Carúpano; otros se irían a la capital de la república.

   Es así como centenares de cariaqueños y de otras zonas del municipio se fueron marchando y asentándose en aquellos Estados donde conseguían oportunidades de  trabajar y estudiar. Muchos se quedaron y formaron sus familias, pero la vinculación con la tierra que les vio nacer nunca, o casi nunca, se perdió.

  En Cariaco quedaron hombres y mujeres que no se amilanaron ante las adversidades: carencia de agua, electricidad, calles sin asfaltar, sin cloacas, sin un centro dispensador de salud y sobre todo fuentes de empleos.

  Francisco “pancho” Mata Morales  era una de esas personas. Siempre había mostrado preocupación por la situación que se vivía y cada vez que tenía oportunidad, en toda reunión de amigos y vecinos hacía el planteamiento de que era necesario, y tomando en consideración que muchos cariaqueños  residían en otros Estados podían ayudar a propiciar el desarrollo el pueblo que les vio nacer. La idea fue ganando adeptos y es así como se propone ante el Concejo Municipal de la época,  que en el marco de las fiestas patronales se realice un Reencuentro para impulsar el desarrollo de Cariaco.

  La idea se materializó el día 17 de marzo de 1967 y en el Ayuntamiento, presidido por Amador Boada, se constituye la junta directiva para el “Reencuentro de los Hijos de Cariaco” quedando conformada por las siguientes personas:
Presidente: Heriberto Barreto
Vicepresidente: Francisco Mata M.
Secretario: Manuel Bastardo
Subsecretaria: Elvira Rodríguez
Sec. de Festejos: Ernesto Gino Olivieri.
Sec. de Relaciones y Publicidad: Silvio Villegas.
Sec. de Historia: Pedro Luís González.
Sec. de Finanzas: Francisco Caraballo.
1er. Vocal: Evelio Gómez
2do. Vocal: Luís Ramón Cabello.

Previo a la constitución oficial de la junta de Cariaco, ya muchos cariaqueños habían iniciado un proceso organizativo y en esa misma reunión se dio a conocer la conformación de varios comités en diversas regiones de Venezuela.

Caracas: Nicolás Mago, presidente;  Pedro Pablo Márquez, secretario y Orangel Morales, tesorero. A esta estructura se unirían posteriormente muchas personas que dieron mucho para la cristalización de este Reencuentro.
Cumana: Víctor Mago, Herminio Barreto y Asunción Guzmán.
Caripito: Víctor Rodríguez, Abraham Tatá y Luís Mayz.
Pto. La Cruz. Juan Félix Rivas, Cosme Astudillo, Alirio Bejarano, Aníbal Rodríguez Salazar, Ismael Rodríguez Salazar.
Maracaibo: Evaristo Barreto y Benito Rafael Sánchez.
Maracay: Sigifredo y Benito Espinoza.
Barrancas del Orinoco: Luís José Mundarain y José Manuel Bravo.
Puerto Ordaz: Teodoro Merchán y José Ángel Rondón.
Maturín: Monseñor Ramírez Salaverría y Humberto Tirado.
Valencia: hermanos Fuentes.
La Guaira: Saturnino Hernández

Durante el desarrollo de esta primera reunión se acordó que el   Reencuentro se realizaría el día 29 de abril de 1967.

Hacia esa meta serían dirigidos los esfuerzos de toda una población que, aún pequeña aunó sus energías e iniciaron una ardua tarea que comenzó por la conformación de los comités de calle  para dar apoyo a la junta, así como todo lo concerniente en la recaudación de los pocos recursos que se podían aportar. Es de resaltar que hace 40 años se consideraba un record que se pudiesen recaudar mil bolívares.  Ninguna persona se quedó al margen de lo que se estaba haciendo y a cada reunión asistían los vecinos con entusiasmo.        
                              
EL REENCUENTRO
  Llegó el tan esperado día. Desde horas de la madrugada del 29 de abril los vecinos se concentraron en la entrada de Cariaco para dar un caluroso recibimiento a los que regresaron entusiasmados a reencontrarse con su gente. Aún es común oír a muchas personas recordar ese momento. Centenares de hombres y mujeres, por no decir miles fueron arribando, siendo recibidos con música, cohetes, brindis, en fin todo fue alegría.

  A las 11:00 a.m., debajo del samán se inició un Cabildo Abierto; además, cabe resaltar que ese día Cariaco fue designado capital del estado Sucre. Presentes por el Concejo Municipal se encontraban: Amador Boada Herrera, presidente y los concejales Pedro Luís González, Antonio Mundarain Pérez, Félix Fortunato Ruiz, Manuel Arcia y Elpidio Reyes. También se encontraba el Dr. Arquímedes Fuentes Serrano, gobernador del Estado, el ex-gobernador  Ángel Fariñas Salgado y Manuel Peinado, secretario general de gobierno. Por la Asamblea Legislativa los diputados Nicomedes Visáez Mata, Luís Muñoz , Ángel Celestino Córdova; Ramón Quijada, diputado en representación del Congreso Nacional; el Dr. Gastón Navarro Dona así como el historiador Germán Carrera Damas, entre otros.

   En este acto intervinieron muchos ciudadanos de diversas comunidades del Distrito Ribero y entre las peticiones que se destacaron estaba la conversión del liceo municipal “Rómulo Gallegos” de Cariaco, en nacional; la reactivación del central Cariaco, ubicado cerca de Cerezal; de ahí surgió posteriormente la necesidad de construir un nuevo central (el actual); la construcción de un monumento o plaza del Congreso de Cariaco.
JUSTOS RECONOCIMIENTOS
Públicamente se reconoció los aportes hechos por 4 personas al desarrollo de la comunidad. Los médicos Siegbert Holz y Elly de Holz, galenos alemanes contratados por el gobierno de Sucre en  el año 1939, para que ayudaran a la población de Cariaco, que estaba siendo  diezmada por el paludismo. Vinieron contratados por 6 meses y permanecieron 5 años en la población. Cuando se marcharon de Cariaco, aún personas mayores  los recuerdan con mucho cariño.  Fueron  declarados “Hijos adoptivos e ilustres de la ciudad de Cariaco.
Los médicos Siegbert Holz y Elly de Holz


  De igual forma es reconocido el ciudadano Antonio José Marcano (marcanito).  Fue importante su aporte junto al Dr. Holz para la erradicación del paludismo desde su puesto como enfermero en la medicatura. Además gozaba del aprecio de la comunidad que siempre acudía a él cuando la mayor parte del tiempo, la población carecía de servicio médico.
Antonio  Marcano (Marcanito)
El primer enfermero que tuvo  Cariaco


Monseñor Enrique Brekelmans.
Sacerdote holandés que consideró a Cariaco su segunda patria. Desde el 17 de junio de 1935, hasta el año 1965 (30 años) estuvo al frente de la parroquia San Felipe. Luchó denodadamente por sacar a los pueblos de Ribero del estado de abandono en que se encontraba y de las enfermedades que lo asolaba, muchas de las cuales padeció. Fue el artífice para la reconstrucción del actual templo donde su cuerpo  está sepultado desde el 10 de enero de 1974.
Monseñor Enrique Brekelmans


Esperanza Acosta Padilla.
La Junta del Reencuentro la consideró para el reconocimiento porque para ese momento era la docente con más años de servicios en la población y por el aporte invalorable que había dado para la educación.

Estos cuatro reconocimientos concedidos, evidenciaron la seriedad de los que integraban las juntas. Se evaluaron los méritos que cada uno de ellos tenían para merecerlos, prevaleciendo ante todo los aportes que  hicieron en los diversos campos para el desarrollo del municipio Ribero.

40 AÑOS DESPUES
Este año 2007, se cumple el cuadragésimo (40) aniversario de aquel primer Reencuentro. Los sucesivos, realizados durante los años 77, 87, y 97, exceptuando el del año 77 no tuvieron el impacto que ocasionó el primero. En esta oportunidad tampoco se pretende emularlo en su totalidad, pero si centrarlo en algo muy importante: trabajar por el logro de un conjunto de necesidades que permitan darle a nuestra comunidad una imagen de ciudad en proceso de desarrollo.

Es por eso que desde la Alcaldía se conformó un junta coordinadora conformada por un grupo de personas que, posteriormente dio paso al nombramiento de otras comisiones que tienen sobre sí la gran responsabilidad de llevar a cabo un conjunto de acciones que permitan lograr los objetivos que se pretenden alcanzar.

Juegan papel principal las comunidades organizadas en calles, barrios, sectores y cualesquiera otro que hagan posible la masiva participación de todos los cariaqueños y ribereños.

Como meta se ha planteado: Culminación del complejo deportivo de la Juventud “Simón Bolívar”; la reconstrucción del templo; la construcción de la sede de la Orquesta Sinfónica Juvenil; construcción de la Biblioteca Pública de Cariaco; construcción del auditorio de la casa de la cultura “Dolores Benita de Luna”; construcción del Cuerpo de Bomberos Municipales; el Monumento - Plaza “Congreso de Cariaco. Estas  son, entre otras,  algunas de las obras que se solicitaran ante el gobierno regional y nacional que potenciaran a nuestra ciudad.

  Hasta ahora se están organizando los hijos de Cariaco en Puerto Ordaz, estado Bolívar; Maturín, estado Monagas; Puerto La Cruz, estado Anzoátegui; Caracas y próximamente en cada Estado donde se encuentre un cariaqueño residenciado.
  Es por eso que reiteramos la solicitud de apoyo a las gestiones que conduce la Junta del V Reencuentro de los Hijos de Cariaco.


Imágenes del 28 de abril de 2007
Sesión Especial del Consejo Legislativo y el Concejo de Ribero




















sábado, 29 de octubre de 2016

Toponímicos de Cariaco

Aún se conserva en la memoria de residentes de Cariaco, los populares nombres que identificaban a los sectores de la población  en el siglo XX.


Félix R. Bejarano

Hasta finales de los años 50, del siglo XX, Cariaco era apenas un pequeño centro poblado al que era posible su observación desde las torres del templo de la comunidad. El espacio territorial estaba circunscrito a tres calles principales que eran Las Flores, Comercio (José Francisco Bermúdez) y Sucre;  no existían barrios ni urbanizaciones, sólo algunos sectores cercanos a estas calles que eran sólo polvorientos  caminos en verano y barrizales en el invierno,  hasta llegar a ranchos de bahareque y techos de palma o carata, sin puertas, sólo cubiertas por esteras o retazos de tela.

Sin embargo los residentes denominaban a varios de esos lugares con apelativos sustentados en las condiciones ambientales que a lo largo de la historia afectó a sus moradores. Una de las condiciones adversas era propiciada por las constantes crecidas del río Carinicuao que tenía su cauce natural, casi dentro de la población discurriendo a lo largo de la calle Las Flores, pasando por la Reforma  y siguiendo su trayectoria hacia el oeste por “barrancón”.

La localidad permanecía inundada durante gran parte del año, convirtiendo los terrenos en cenagosos, imposible de transitarlos, lo que era propicio para que su gente sufriera los avatares de epidemias como el paludismo, cuyo auge se exacerbó durante el año 1939, que tal como lo relata el médico Siegbert Holz en su libro Recuerdos de Adopción, al día siguiente de recibir el dispensario vio pasar hasta diez entierros con destino al cementerio.

Los sectores que fueron conocidos y que aún quedan sus reminiscencias contadas por personas,  muchas fallecidas como el cronista emérito de  Cariaco, Francisco Caraballo  -el maestro Pachico- ya no existen debido al urbanismo, construcción de nuevas calles y la modernidad que poco a poco se fue posando sobre el pueblo a comienzos de los años 60 del siglo XX; siendo estos sectores:
El maestro Francisco Caraballo, fue un informante clave en diversas oportunidades
Las Cuibas
Con el desbordamiento del río, las aguas tenían cauces alternos y uno estos era el que entraba por el sector de “la reforma”, pasaba por la calle Ángel María Arcia hasta la calle Sucre, anegando los terrenos cercanos y la conocida Escuela Concentrada, ubicada en lo que fue la sede del Liceo Raimundo Martínez Centeno, derrumbado por el terremoto de julio de 1997.
La permanencia del agua propició la cría de los ampuláridos (Ampullariidae) (= Pilidae), son una familia moluscos gasterópodos de aguas dulces tropicales y subtropicales, conocidos vulgarmente caracoles de laguna, caracol manzana, caracol dorado, caracol del Paraná, caracol gigante, caracol lunar, churos, churo de agua, sacha, guarura y cuiba.

Por este último nombre era conocido el lugar debido a la abundancia que permitía a muchos pobladores utilizarlo como alimento.
Cuibas
Remanganagua.
Es la denominación de otro sector que se ubicaba en otra zona anegada por donde se desplazaban los arroyuelos formados por las crecidas. Se le sitúa entre “las Gómez, calle Carabobo c/c Junín, exactamente donde se encuentra la Escuela Bolivariana “Valentín Valiente”.

Eran terrenos cultivables y las mujeres cuando acudía a esos lugares para conseguir agua para consumo, tenían que remangarse las enaguas, o medio fondos que era de uso común. De allí el nombre de Remanganagua.

El Dr. Diego Carbonell, quien nació en Cariaco en 1884, describe en su libro Bodegones de la Tierra Natal, lo siguiente:
La calleja larga, soledosa y a trechos deshabitada, era un barrizal. Va de Nirgua a Remanganagua, y descendiendo por ella, se encuentra el callejón del cementerio: es más bien una vereda con algunas casuchas en un bosque de yaques, platanillos, higueretas, ciruelos, jabillos y guayabos.

Nirgua.
Asi se denominaba el sector ubicado al final de la calle Sucre, cruce con Ribero donde se encuentra la antigua construcción de la Escuela Básica Estanislao Rendón.
Su denominación obedecía a la proliferación de la Tunga penetrans que es una especie de insecto sifonáptero de la familia Hectopsyllidae. Es una pulga que ataca la piel. Afecta principalmente la piel de los pies; se introduce en ella y produce prurito intenso. Popularmente se le conoce como "niguas" y parasitológicamente como tungiasis.
Tiene un tamaño inferior a 1 mm, con cabeza grande y forma un ángulo con el vientre. Puede atacar a humanos, cerdos y otros animales domésticos. Se suele contraer al pisar suelos mojados y sucios.
Por las condiciones del lugar y la insalubridad que allí existía, era una de las enfermedades más comunes de la zona. Sin embargo no era el nombre nigua el que se utilizaba sino el de Nirgua.
Niguas en los pies.


Barrancón.
Este sector comenzaba desde la calle Bermúdez, con Ribero en el camino hacia Tropezón, Queremene y Campoma. Allí vivían las personas más pobres de la población, en viviendas de barro y paja. Allí, precisamente nació el ilustre de Cariaco Juan Quijano.

La chica.
Espacio de terreno donde se construyó la sede del primer liceo de Cariaco. Era una zona boscosa que fue desforestada por jóvenes de la época para construir un campo deportivo donde se jugaba beisbol y futbol.

La Rinconada.
Lo que es actualmente se conoce como la calle Miranda culminaba en el lugar donde se encuentra el jardín de infancia del mismo nombre, en el cruce con la la calle Jesús Guillermo Guzmán, desde ahí en adelante era zona de conucos y era el lugar que por donde transitaban los que se trasladaban desde Cariaco hasta Carúpano.

Todas estas zonas fueron desapareciendo con la construcción de barrios, urbanizaciones, ampliaciones de calles y el crecimiento de la población. Estos lugares  están en el recuerdo de los ancianos que aún se encuentran entre nosotros. 

Debo resaltar que desde la Escuela Básica “Estanislao Rendón” que fue la sede de la XX Exposición de Altares y Velorio de Cruz de Mayo realizó su muestra recordando a estos lugares del Cariaco que quedó atrás.

Nota del redactor: Este trabajo aún no está concluido. Si considera que puede hacer aportes a lo aquí expuesto serán bien recibidos.

jueves, 27 de octubre de 2016

En África se dice que cuando un anciano muere arde una biblioteca.

En Venezuela…se murió un viejo.

Falleció en Chamariapa Afuera Eugenia Alcalá, 
próxima a cumplir 105 años

Félix R. Bejarano
CNP 19.587

Hoy, cuando me enteré de la muerte en la población de Chamariapa Afuera, municipio Ribero, de la centenaria Eugenia Felicia Alcalá, nacida el 15 de noviembre de 1.911, próxima a cumplir 105 años, madre de Urbano Alcalá y abuela de Pedro Alcalá Farfán y Cruz Alcalá, entre los que conozco, me obliga a escribir esta nota, buscando la reflexión de los que aún desconocen la importancia de los ancianos para indagar en la construcción de las historias locales.

En la tradición de los pueblos de África son considerados  los ancianos como los actores más importantes de las comunidades; a ellos se les consulta, se les oye y es por eso que cuando mueren, consideran que una biblioteca se ha quemado. En Venezuela cuando un anciano fallece, para el común, con la excepción de los familiares, de manera desdeñosa si les pregunta ¿Quién fue ese que se murió? Responderán: ¡Ah no chico ese es un viejo!

Un anciano, aunque no sepa leer y escribir podrá relatar los cuentos, mitos y leyendas que hasta sus oídos llegaron cuando niños. Los acontecimientos más resaltantes en su vida. Nos dirá quien fue un determinado personaje del que queremos obtener información. Describirá las características del sitio dónde nació, de los muertos que salían en las noches. En fin, de muchos temas que no encontraremos en cualquier libro.

Pero si seguimos hurgando en estas personas, ellas podrán señalar quienes fueron  los que ejercían el oficio de  parteras, el sobador de los huesos, el que sacaba las espinas con oraciones, el que santiguaba las lombrices, el que sacaba piezas dentales, el sanador de culebrillas y el que curaba el mal de ojo a los niños, entre tantas dolencias. De todos aquellos que fueron los auxiliares de las poblaciones adonde no llegaba la medicina científica, que por estas zonas fue a partir del año 1939 cuando arribó el primer médico y se creó el primer puesto asistencial.

En estos días he sentido preocupación por los estudiantes del Liceo Raimundo Martínez Centeno quienes, de acuerdo al nuevo pensum deben recopilar información de los sitios donde residen. A los que tocan mi puerta les he preguntado si han recibido orientación acerca de cómo debe realizarse someramente, la manera de adquirir la información que buscan; sólo atinan a decir: nos dijeron que investigáramos, cosa que no puedo afirmar.

Hace algún tiempo me dirigí a algunas Escuela Bolivarianas de la zona invitando a los directivos y maestros a crear la sala de exposición  y que en ellas se le diera cabida a muestras permanentes con las fotografías de los personajes populares de la comunidad donde se encontraba asentada, entre ellas las de los cultores populares, los personajes como las pateras y sus síntesis biográficas de manera que desde allí los niños se acercaran a sus antecesores. Pero de un deseo no pasó y como sabemos deseos no empreñan.

Las avanzadas tecnologías de la comunicación propician, aparentemente, el conocimiento más avanzado y actualizado, cosa de lo que difiero porque el tío Google, a quien acuden para la búsqueda de información no las tiene todas consigo, a menos de que alguien se la cargue (la información) luego de procesarla hasta hacerla digerible, verificada y creíble.

Es así que reflexiono después de conocer de la muerte de esta anciana para llamar a la atención de los docentes de Cariaco y las poblaciones adyacentes para ir hasta sus aulas a dialogar con los niños y señalarles la importancia de los ancianos en las comunidades.

Eugenia Felicia Alcalá será enterrada este viernes 28 de octubre en el cementerio de Chamariapa Afuera y de verdad que lamento no haber sabido antes de ella.

“En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia”.
Job 12:12
Consejo de ancianos de Diabugu en Gambia