sábado, 29 de octubre de 2016

Toponímicos de Cariaco

Aún se conserva en la memoria de residentes de Cariaco, los populares nombres que identificaban a los sectores de la población  en el siglo XX.


Félix R. Bejarano

Hasta finales de los años 50, del siglo XX, Cariaco era apenas un pequeño centro poblado al que era posible su observación desde las torres del templo de la comunidad. El espacio territorial estaba circunscrito a tres calles principales que eran Las Flores, Comercio (José Francisco Bermúdez) y Sucre;  no existían barrios ni urbanizaciones, sólo algunos sectores cercanos a estas calles que eran sólo polvorientos  caminos en verano y barrizales en el invierno,  hasta llegar a ranchos de bahareque y techos de palma o carata, sin puertas, sólo cubiertas por esteras o retazos de tela.

Sin embargo los residentes denominaban a varios de esos lugares con apelativos sustentados en las condiciones ambientales que a lo largo de la historia afectó a sus moradores. Una de las condiciones adversas era propiciada por las constantes crecidas del río Carinicuao que tenía su cauce natural, casi dentro de la población discurriendo a lo largo de la calle Las Flores, pasando por la Reforma  y siguiendo su trayectoria hacia el oeste por “barrancón”.

La localidad permanecía inundada durante gran parte del año, convirtiendo los terrenos en cenagosos, imposible de transitarlos, lo que era propicio para que su gente sufriera los avatares de epidemias como el paludismo, cuyo auge se exacerbó durante el año 1939, que tal como lo relata el médico Siegbert Holz en su libro Recuerdos de Adopción, al día siguiente de recibir el dispensario vio pasar hasta diez entierros con destino al cementerio.

Los sectores que fueron conocidos y que aún quedan sus reminiscencias contadas por personas,  muchas fallecidas como el cronista emérito de  Cariaco, Francisco Caraballo  -el maestro Pachico- ya no existen debido al urbanismo, construcción de nuevas calles y la modernidad que poco a poco se fue posando sobre el pueblo a comienzos de los años 60 del siglo XX; siendo estos sectores:
El maestro Francisco Caraballo, fue un informante clave en diversas oportunidades
Las Cuibas
Con el desbordamiento del río, las aguas tenían cauces alternos y uno estos era el que entraba por el sector de “la reforma”, pasaba por la calle Ángel María Arcia hasta la calle Sucre, anegando los terrenos cercanos y la conocida Escuela Concentrada, ubicada en lo que fue la sede del Liceo Raimundo Martínez Centeno, derrumbado por el terremoto de julio de 1997.
La permanencia del agua propició la cría de los ampuláridos (Ampullariidae) (= Pilidae), son una familia moluscos gasterópodos de aguas dulces tropicales y subtropicales, conocidos vulgarmente caracoles de laguna, caracol manzana, caracol dorado, caracol del Paraná, caracol gigante, caracol lunar, churos, churo de agua, sacha, guarura y cuiba.

Por este último nombre era conocido el lugar debido a la abundancia que permitía a muchos pobladores utilizarlo como alimento.
Cuibas
Remanganagua.
Es la denominación de otro sector que se ubicaba en otra zona anegada por donde se desplazaban los arroyuelos formados por las crecidas. Se le sitúa entre “las Gómez, calle Carabobo c/c Junín, exactamente donde se encuentra la Escuela Bolivariana “Valentín Valiente”.

Eran terrenos cultivables y las mujeres cuando acudía a esos lugares para conseguir agua para consumo, tenían que remangarse las enaguas, o medio fondos que era de uso común. De allí el nombre de Remanganagua.

El Dr. Diego Carbonell, quien nació en Cariaco en 1884, describe en su libro Bodegones de la Tierra Natal, lo siguiente:
La calleja larga, soledosa y a trechos deshabitada, era un barrizal. Va de Nirgua a Remanganagua, y descendiendo por ella, se encuentra el callejón del cementerio: es más bien una vereda con algunas casuchas en un bosque de yaques, platanillos, higueretas, ciruelos, jabillos y guayabos.

Nirgua.
Asi se denominaba el sector ubicado al final de la calle Sucre, cruce con Ribero donde se encuentra la antigua construcción de la Escuela Básica Estanislao Rendón.
Su denominación obedecía a la proliferación de la Tunga penetrans que es una especie de insecto sifonáptero de la familia Hectopsyllidae. Es una pulga que ataca la piel. Afecta principalmente la piel de los pies; se introduce en ella y produce prurito intenso. Popularmente se le conoce como "niguas" y parasitológicamente como tungiasis.
Tiene un tamaño inferior a 1 mm, con cabeza grande y forma un ángulo con el vientre. Puede atacar a humanos, cerdos y otros animales domésticos. Se suele contraer al pisar suelos mojados y sucios.
Por las condiciones del lugar y la insalubridad que allí existía, era una de las enfermedades más comunes de la zona. Sin embargo no era el nombre nigua el que se utilizaba sino el de Nirgua.
Niguas en los pies.


Barrancón.
Este sector comenzaba desde la calle Bermúdez, con Ribero en el camino hacia Tropezón, Queremene y Campoma. Allí vivían las personas más pobres de la población, en viviendas de barro y paja. Allí, precisamente nació el ilustre de Cariaco Juan Quijano.

La chica.
Espacio de terreno donde se construyó la sede del primer liceo de Cariaco. Era una zona boscosa que fue desforestada por jóvenes de la época para construir un campo deportivo donde se jugaba beisbol y futbol.

La Rinconada.
Lo que es actualmente se conoce como la calle Miranda culminaba en el lugar donde se encuentra el jardín de infancia del mismo nombre, en el cruce con la la calle Jesús Guillermo Guzmán, desde ahí en adelante era zona de conucos y era el lugar que por donde transitaban los que se trasladaban desde Cariaco hasta Carúpano.

Todas estas zonas fueron desapareciendo con la construcción de barrios, urbanizaciones, ampliaciones de calles y el crecimiento de la población. Estos lugares  están en el recuerdo de los ancianos que aún se encuentran entre nosotros. 

Debo resaltar que desde la Escuela Básica “Estanislao Rendón” que fue la sede de la XX Exposición de Altares y Velorio de Cruz de Mayo realizó su muestra recordando a estos lugares del Cariaco que quedó atrás.

Nota del redactor: Este trabajo aún no está concluido. Si considera que puede hacer aportes a lo aquí expuesto serán bien recibidos.

jueves, 27 de octubre de 2016

En África se dice que cuando un anciano muere arde una biblioteca.

En Venezuela…se murió un viejo.

Falleció en Chamariapa Afuera Eugenia Alcalá, 
próxima a cumplir 105 años

Félix R. Bejarano
CNP 19.587

Hoy, cuando me enteré de la muerte en la población de Chamariapa Afuera, municipio Ribero, de la centenaria Eugenia Felicia Alcalá, nacida el 15 de noviembre de 1.911, próxima a cumplir 105 años, madre de Urbano Alcalá y abuela de Pedro Alcalá Farfán y Cruz Alcalá, entre los que conozco, me obliga a escribir esta nota, buscando la reflexión de los que aún desconocen la importancia de los ancianos para indagar en la construcción de las historias locales.

En la tradición de los pueblos de África son considerados  los ancianos como los actores más importantes de las comunidades; a ellos se les consulta, se les oye y es por eso que cuando mueren, consideran que una biblioteca se ha quemado. En Venezuela cuando un anciano fallece, para el común, con la excepción de los familiares, de manera desdeñosa si les pregunta ¿Quién fue ese que se murió? Responderán: ¡Ah no chico ese es un viejo!

Un anciano, aunque no sepa leer y escribir podrá relatar los cuentos, mitos y leyendas que hasta sus oídos llegaron cuando niños. Los acontecimientos más resaltantes en su vida. Nos dirá quien fue un determinado personaje del que queremos obtener información. Describirá las características del sitio dónde nació, de los muertos que salían en las noches. En fin, de muchos temas que no encontraremos en cualquier libro.

Pero si seguimos hurgando en estas personas, ellas podrán señalar quienes fueron  los que ejercían el oficio de  parteras, el sobador de los huesos, el que sacaba las espinas con oraciones, el que santiguaba las lombrices, el que sacaba piezas dentales, el sanador de culebrillas y el que curaba el mal de ojo a los niños, entre tantas dolencias. De todos aquellos que fueron los auxiliares de las poblaciones adonde no llegaba la medicina científica, que por estas zonas fue a partir del año 1939 cuando arribó el primer médico y se creó el primer puesto asistencial.

En estos días he sentido preocupación por los estudiantes del Liceo Raimundo Martínez Centeno quienes, de acuerdo al nuevo pensum deben recopilar información de los sitios donde residen. A los que tocan mi puerta les he preguntado si han recibido orientación acerca de cómo debe realizarse someramente, la manera de adquirir la información que buscan; sólo atinan a decir: nos dijeron que investigáramos, cosa que no puedo afirmar.

Hace algún tiempo me dirigí a algunas Escuela Bolivarianas de la zona invitando a los directivos y maestros a crear la sala de exposición  y que en ellas se le diera cabida a muestras permanentes con las fotografías de los personajes populares de la comunidad donde se encontraba asentada, entre ellas las de los cultores populares, los personajes como las pateras y sus síntesis biográficas de manera que desde allí los niños se acercaran a sus antecesores. Pero de un deseo no pasó y como sabemos deseos no empreñan.

Las avanzadas tecnologías de la comunicación propician, aparentemente, el conocimiento más avanzado y actualizado, cosa de lo que difiero porque el tío Google, a quien acuden para la búsqueda de información no las tiene todas consigo, a menos de que alguien se la cargue (la información) luego de procesarla hasta hacerla digerible, verificada y creíble.

Es así que reflexiono después de conocer de la muerte de esta anciana para llamar a la atención de los docentes de Cariaco y las poblaciones adyacentes para ir hasta sus aulas a dialogar con los niños y señalarles la importancia de los ancianos en las comunidades.

Eugenia Felicia Alcalá será enterrada este viernes 28 de octubre en el cementerio de Chamariapa Afuera y de verdad que lamento no haber sabido antes de ella.

“En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia”.
Job 12:12
Consejo de ancianos de Diabugu en Gambia



En África se dice que cuando un anciano muere arde una biblioteca.

En Venezuela…se murió un viejo.

Falleció en Chamariapa Afuera Eugenia Alcalá, 
próxima a cumplir 105 años

Félix R. Bejarano
CNP 19.587

Hoy, cuando me enteré de la muerte en la población de Chamariapa Afuera, municipio Ribero, de la centenaria Eugenia Felicia Alcalá, nacida el 15 de noviembre de 1.911, próxima a cumplir 105 años, madre de Urbano Alcalá y abuela de Pedro Alcalá Farfán y Cruz Alcalá, entre los que conozco, me obliga a escribir esta nota, buscando la reflexión de los que aún desconocen la importancia de los ancianos para indagar en la construcción de las historias locales.

En la tradición de los pueblos de África son considerados  los ancianos como los actores más importantes de las comunidades; a ellos se les consulta, se les oye y es por eso que cuando mueren, consideran que una biblioteca se ha quemado. En Venezuela cuando un anciano fallece, para el común, con la excepción de los familiares, de manera desdeñosa si les pregunta ¿Quién fue ese que se murió? Responderán: ¡Ah no chico ese es un viejo!

Un anciano, aunque no sepa leer y escribir podrá relatar los cuentos, mitos y leyendas que hasta sus oídos llegaron cuando niños. Los acontecimientos más resaltantes en su vida. Nos dirá quien fue un determinado personaje del que queremos obtener información. Describirá las características del sitio dónde nació, de los muertos que salían en las noches. En fin, de muchos temas que no encontraremos en cualquier libro.

Pero si seguimos hurgando en estas personas, ellas podrán señalar quienes fueron  los que ejercían el oficio de  parteras, el sobador de los huesos, el que sacaba las espinas con oraciones, el que santiguaba las lombrices, el que sacaba piezas dentales, el sanador de culebrillas y el que curaba el mal de ojo a los niños, entre tantas dolencias. De todos aquellos que fueron los auxiliares de las poblaciones adonde no llegaba la medicina científica, que por estas zonas fue a partir del año 1939 cuando arribó el primer médico y se creó el primer puesto asistencial.

En estos días he sentido preocupación por los estudiantes del Liceo Raimundo Martínez Centeno quienes, de acuerdo al nuevo pensum deben recopilar información de los sitios donde residen. A los que tocan mi puerta les he preguntado si han recibido orientación acerca de cómo debe realizarse someramente, la manera de adquirir la información que buscan; sólo atinan a decir: nos dijeron que investigáramos, cosa que no puedo afirmar.

Hace algún tiempo me dirigí a algunas escuela bolivarianas invitando a los directivos y maestros a crear las salas de exposiciones y que en ellas existieran exposiciones permanentes con las fotografías de los personajes populares de la comunidad donde se encontraba asentada, entre ellas las de los cultores populares, los personajes como las pateras y sus síntesis biográficas de manera que desde allí los niños se acercaran a sus antecesores. Pero de un deseo no pasó y como sabemos deseos no empreñan.

Las avanzadas tecnologías de la comunicación propician, aparentemente, el conocimiento más avanzado y actualizado, cosa de lo que difiero porque el tío Google, a quien acuden para la búsqueda de información no las tiene todas consigo, a menos de que alguien se la cargue (la información) luego de procesarla hasta hacerla digerible, verificada y creíble.

Es así que reflexiono después de conocer de la muerte de esta anciana para llamar a la atención de los docentes de Cariaco y las poblaciones adyacentes para ir hasta sus aulas a dialogar con los niños y señalarles la importancia de los ancianos en las comunidades.

Eugenia Felicia Alcalá será enterrada este viernes 28 de octubre en el cementerio de Chamariapa Afuera y de verdad que lamento no haber sabido antes de ella.

“En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia”.
Job 12:12
Consejo de ancianos de Diabugu en Gambia



lunes, 24 de octubre de 2016

La Urb. El Tigre, en Cariaco, tiene fecha de nacimiento.

15 de diciembre de 1978

La Urb. El Tigre fue habitado el 15 de diciembre de 1978 por ocho familias procedentes de la ciudad de Cumaná.

Félix R. Bejarano.
Recientemente, en una reunión del Consejo Comunal Enrique Brekelmans, de la urbanización El Tigre, en Cariaco, en la que comencé a residir en el bloque 3 en marzo de 1979, uno de los voceros me pidió ayuda para escribir la historia del lugar entregándome una hoja con algunas anotaciones de una persona que había hecho el intento de realizarla, pero conociendo como sé la historia del lugar, acepté gustosamente, procediendo a realizar las investigaciones correspondientes, dando como resultado darle su fecha de nacimiento.

Esta zona residencial fue construida durante el primer gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979) por el Instituto Nacional de la Vivienda (Inavi) concibiéndose para la solución del problema habitacional, debido al crecimiento de la población cariaqueña. Para ese momento aún no existían los espacios residenciales como el barrio Carlos Andrés Pérez, 22 de Octubre ni Campo Alegre, entre otros.

Era un terreno que había pertenecido donde anteriormente hubo conucos  y posteriormente uno de los espacios era utilizado como campo deportivo para la práctica del béisbol. El nombre de El Tigre fue tomado de manera referencial del bar familiar que se encontraba al frente. Se previó la construcción de  cuatro  edificios, hechos en concreto armado, concluyéndose sólo tres de ellos: el 2,3 y 4, el primero nunca fue construido aunque se levantaron las bases, desconociéndose las causas.

El bloque dos es de forma rectangular y tiene 28 apartamentos. El edificio número tres cuenta con 36 espacios  y el bloque cuatro con 28  viviendas. En total resguardan a 96 familias, algunas de ellas viviendo desde el día que se tiene como fecha fundacional.

Para el año 1978 estas tres edificaciones estaban completamente terminadas, pero uno de los problemas que presentaba era la falta del servicio de agua potable, pues requería de la instalación de bombas impulsadoras hasta los tanques de almacenamiento y eso no estaba incluido en el proyecto.

Los primeros habitantes

Lo que acelera la ocupación de esos edificios fue la acción tomada por ocho familias residentes en varios sectores de la ciudad de Cumaná quienes el día 2 de diciembre de 1978, cuando se realizaban las elecciones presidenciales en Venezuela invadieron varias viviendas aun sin concluir en el sector Fe y Alegría de esa ciudad. Allí se mantuvieron durante siete días hasta el 9 cuando fueron desalojados por la Guardia Nacional y la policía regional, sus enseres fueron colocados  en camiones, pero  sin tener lugar a donde ir. Fue entonces que decidieron como opción desesperada tomar las instalaciones de Inavi, apostándose allí hasta que les dieran solución.

Los representantes de esa institución, ante la presión y la divulgación a través de los medios periodísticos de lo que estaba aconteciendo en la sede responsable de la implementación de políticas habitacionales, revisaron las obras que se desarrollaban para esa fecha en la ciudad de Güiria, municipio Valdez, Araya, en el municipio Sucre y Cariaco, encontrándose que sólo en la capital del municipio Ribero había condiciones para ubicarlos.

El viernes 15 de diciembre de 1978, a las siete de la noche, las ocho familias llegaron a Cariaco, siendo todas ubicadas en el bloque Nº 4. Estas eran: Zorayda Castañeda (Santa Rosa); Freddy González y Margot (Boca de Sabana); Alex Rosas y Rosemar (Santa Rosa) David y Amparo (Brasil); Pedro Gómez y Ana (Santa Rosa); Juan Ramón Rodríguez y Juana (Cumanagotos); Elida Rodríguez (Cumanagotos); Henry Morey y Xioraima (Panamericana).

Con el transcurrir de los años, la mayoría de estas personas retornaron a Cumaná, aunque aún algunos familiares permanezcan en la urbanización como es el caso de Dino Gómez, quien está radicado de manera definitiva.

La invasión

Dos meses después, durante la celebración de los carnavales de 1979, personas que manifestaban no tener vivienda invadieron los edificios, sin embargo muchos los abandonaron al encontrarse con unos espacios reducidos a los que no estaban acostumbrados y porque realmente si tenían donde vivir; otros inmediatamente solicitaron dinero para cederlos a quien lo quisiera, pero la mayoría se quedó allí.

Fue difícil la estadía durante los primeros meses por la falta de agua. Esto era solucionado con cisternas y posteriormente con la colocación de bombas impulsoras.

El gobierno presidido por el Dr. Luis Herrera Campins continuó la ampliación de la urbanización construyendo los edificios 5, 6, 7, y 8, dándole a Cariaco un aspecto avanzado por la urbanización que tenía, aunque no se le construyeron otros servicios que estaban previstos en el plan original.

Estos apartamentos de 3 y 4 habitaciones tenían un costo de 66.000 y 76.000 bolívares que en ese momento fue considerado por la mayoría de los que aquí vivían como muy elevados, sin embargo una política promovida por el Inavi, propició que muchos lo cancelaran con un considerable descuento.

Límites
En la actualidad la urbanización El Tigre tiene los siguientes límites
Norte: Barrio Carlos Andrés Pérez
Sur: Canal principal del Sistema de Riego de Cariaco
Este: Barrio Ribero
Oeste: Canal del sistema de riego.

El terremoto de Cariaco

El movimiento telúrico del 9 de julio de 1.997 ocasionó severos daños a dos edificios, el más afectado fue el bloque Nº 5 que obligó a su completo desalojo por parte de las autoridades quienes lo habían declarado inhabitable, sin embargo con el paso de los años volvió a ser habitado. El otro edificio fue el Nº 8, pero este fue posteriormente rehabilitado.
El bloque Nº 5 fue declarado inhabitable luego del terremoto del 9 de julio de 1997

Espacios para el uso y disfrute del tiempo libre

La urbanización tiene una cancha deportiva, un parque infantil infuncional y comparte con el barrio Carlos Andrés Pérez una pequeña plaza conocida como la plaza de los cultores populares Alí Primera.

Organización de la comunidad

Son múltiples los intentos realizados para que la comunidad se organice, siendo la primera vez la creación de una Asociación de Vecinos*. Es de ley las denominadas juntas de condominio que en algunos casos fracasaron en poco tiempo.

El 9 de marzo de 2014, en elecciones abiertas son electos los integrantes del Consejo Comunal Enrique Brekelmans.


Nota: Agradezco a Dino Gómez, quien llegó aún muy niño a Cariaco, la ayuda prestada para construir esta información.

Esta reseña no está concluida.


viernes, 5 de agosto de 2016


Estas son las cosas que evidencian la incapacidad de los que gobiernan este país para superar el trance actual de catástrofe económica, inflación espeluznante y desabastecimiento atroz; estas son las cosas que justifican el referendo revocatorio para así  interrumpir constitucionalmente la tan nefasta gestión de Maduro y de sus conmilitones.
Me refiero a la resolución 9.855, publicada en Gaceta oficial 4.0950. De dicho documento resalto los siguientes aspectos: en primer lugar es un régimen de carácter obligatorio para todas las entidades  de trabajo “públicas o privadas” de producción y procesamiento de alimentos; en segundo lugar se concibe como un “préstamo” temporal de trabajadores de esas empresas públicas o privadas para subsanar necesidades que en materia de recurso laboral tengan las empresas agroalimentarias expropiadas por el Estado; y en tercer lugar, su pretendida finalidad es “aumentar y fortalecer la producción” de esas empresas estatizadas. Todo esto que referimos merece una apreciación que, sin lugar a dudas, nos conducirá al escenario del indetenible fracaso del autoritarismo totalitario.
Por supuesto que lo de “obligatorio” choca contra principios constitucionales, es una vejación a la propia Ley orgánica del trabajo y se incurre en lo que la OIT denomina como “trabajo forzoso”, organización de la cual es miembro Venezuela, por lo tanto es firmante de sus declaraciones y convenios.  Lo otro que reflexiono se refiere a lo siguiente: ¿qué empresa privada hoy en día está en capacidad de “prestar” sus trabajadores? Yo no creo que hoy el empresario privado, en su mayoría arruinado, tenga trabajadores en “exceso” para ser prestados; a no ser que se trate de la Polar, que anda con sus trabajadores del “tingo al tango”, producto de la falta de materia prima y de divisas; pero también viendo eso desde  las propias empresas del Estado que ameritan un impulso en su producción de alimentos, es inocultable   que dichos entes tienen una nómina elefanciaca, y ahora por esta resolución gubernamental se infiere que también  es improductiva y sin preparación, por lo que esos organismos necesitan recurso humano capacitado de otras partes; se trata entonces de la crisis clientelar y burocratizada del estatismo irracional.
Pero en fin, esta medida está signada por el fracaso debido a su tufo de error histórico de nefastas experiencias que por cierto son propias de sociedades totalitarias. Por ejemplo, la famosa tragedia china de los años 50 que se denominó el “Gran Salto Adelante”, concebido como una gigantesca movilización de trabajadores que impulsó Mao Tse Tung con la pretensión, y bajo una estricta planificación centralizada, de transformar en un santiamén ese país rural en una potencia productora de acero, y cuyos resultados fueron pobrísimos en cantidad y en la calidad del producto debido a la escasa capacitación de la mano de obra utilizada y por la ausencia de plantas siderúrgicas e inexistencia de tecnología adecuada. Se destaca que esta especie de “colectivización” de trabajadores sacados  de los campos fue de tal irresponsabilidad y sobrexplotación que generó hasta  una atroz hambruna con su secuela de millones de personas muertas.
Y hay otros caso de esta cacofonía mental propia de regímenes totalitarios; me refiero  al fracaso de la “zafra de los 10 millones”, un proyecto de Fidel Castro durante los años 60  y que consistió en movilizar la mitad de la población cubana hacia el campo para el cultivo masivo de caña de azúcar, diáspora que terminó en un completo fiasco productivo y que incluso paralizó el resto de las industrias del país.
La economía no es un problema de mandonería; vean la historia.

Vallejobelis3@gmail.com

jueves, 7 de julio de 2016


El Presidente Nicolás Maduro y sus pretorianos transmiten sus añoranzas a través de personajes propios de la decadencia moral. Recientemente, utilizaron a Didalco  Bolívar para que pregonara un sueño ideológico que nos regresa a esas épocas del “monaguismo” en Venezuela y del “fujimorazo” en el Perú.
El inefable Didalco, con su exigencia noticiosa de disolver la Asamblea Nacional y de convocar nuevas elecciones, nos lleva al 24 de enero de 1.848. Esa fecha hace referencia a una  incivilización denominada el “asalto al Congreso”.  Nuestra nación, en sus inicios como república, vivió una aguda crisis económica y social, profundizada por los intereses de agrupaciones políticas  confrontadas intensamente en todos los escenarios.  Por un lado estaban los “Liberales”, movimiento constituido por Antonio Leocadio Guzmán con algunos sectores de pequeños y medianos propietarios e intelectuales, quienes batallaban contra los “Conservadores”, sector integrado por los  terratenientes y el militarismo de José Antonio Páez. A raíz de la derrota de los Liberales en el año 1.846, que le costó un carcelazo a Guzmán, los Conservadores consolidaron su poder en el Congreso de la República, y siguiendo instrucciones del propio Páez, designaron como Presidente de Venezuela a la “primera lanza del llano”, José Tadeo Monagas, otro prócer tan caudillista como el “centauro” de Portuguesa, y  quien prontamente decidirá ejecutar su propia agenda política, dándole la espalda al “catire” y sacando de la prisión al Jefe del “Liberalismo”.
Ante este “salto de talanquera”, los “Conservadores”, con su mayoría de diputados, deciden desarrollar un juicio político en función de destituir al primer mandatario nacional, y para eso se trasladan  a Puerto Cabello e interpelan a los ministros de Monagas; no obstante, el Congreso de la República es atacado por una multitud de monaguistas que entraron al recinto y disolvieron violentamente el Parlamento, con un saldo de heridos y muertos. Después de esta acción a mansalva, Monagas reforzó su dominio con un Poder legislativo arrodillado.
Pero el “prócer” Didalco también nos pasea por la historia Latinoamericana con el llamado “fujimorazo”, acaecido en la hermana nación peruana. Resulta que Alberto Fujimori asumió la investidura presidencial en el año 1.990, pero su plataforma partidista, “Cambio 90”, era minoría en el Congreso Nacional de ese país, existiendo así un contundente contrapeso de poderes que incomodaba al fujimorismo. Llegó un momento en que el “chino”, con el argumento de necesitar amplias facultades para enfrentar a la guerrilla de Sendero Luminoso, le solicita al Parlamento Nacional la aprobación de un “decreto de emergencia”, petición que fue negada por la mayoría de los diputados, quienes al contrario, le impusieron un mayor control, además de abrirle una investigación por violación a los derechos humanos.
La conducta de Fujimori fue el autoritarismo: con el apoyo de las Fuerzas Armadas, disolvió el Congreso de la República y les metió los tanques, contando para ese momento, por cierto, con la simpatía de la mayoría del pueblo peruano y con la complicidad de la OEA (¿me leyeron bien?).  
Quizás hasta aquí, Didalco y su titiritero sonríen; pero no, ¡lean bien!:  tanto Monagas como Fujimori contaron con apoyo mayoritario del pueblo; incluso, el autócrata peruanojaponés tuvo hasta la complicidad de instituciones internacionales; en cambio, el titiritero de Didalco no tiene ni un 30% de apoyo popular, y en el escenario internacional está bajo vigilancia y ojeriza.
 Le advierto también al titiritero  que el final de esas aventuras autoritarias  fue un Monagas sacado a patadas del poder en una guerra civil y  un Fujimori envejeciendo en la cárcel.
 Como que los tiempos pasan, pero no cambian.
Beltrán Vallejo

vallejobelis3@gmail.com

viernes, 1 de julio de 2016


EN CUMANÁ, LO QUE SE DICE NO ES.
Los hechos de Cumaná están dejando una secuela paradójica que genera  una acuciante curiosidad e incita al más peculiar “mirar de reojo”, ya apagado el humo de los saqueos. Quizás en esta alocada realidad cumanesa se están presentando expresiones de la degradada, descompuesta y deteriorada situación que impera en el poder “rojo”, tanto regional como nacional.
En su ritual ditirámbico de juez y verdugo, el Presidente Maduro se pronunció sobre los saqueos de Cumaná, y lo hizo de una manera lacerante con estas palabras: “Sectores armados y violentos de la derecha están presos (…), están presos los autores directos que impulsaron los hechos violentos”. Acompañando este retoricismo presidencial, el vicepresidente Aristóbulo Istúriz complementó con lo siguiente: "Aquí (en Cumaná) no ha habido una acción espontánea del pueblo, aquí ha habido un plan”. Después que este “sanedrín” se pronunciará, efectuando un dibujo libre de “otro crimen de la oposición”, se generaron algunos acontecimientos que merecen ser analizados de manera muy puntual.
 Freddy Bernal, el jefe de los “benditos” Clap a nivel nacional, anunció las capturas de los supuestos líderes de los saqueos cumaneses, cuyas características contradicen el ditirambo de Maduro y de Aristóbulo. Por ejemplo, se anunció la detención de José Luis Marcano, alias  “el varón”, un conocido funcionario del tristemente célebre exgobernador Enrique Maestre, a quien acompañó como jefe de la “misión vida” y como director del Servicio Autónomo Integral para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes(Sapinaes), siendo destituido después por el actual gobernador Acuña; e incluso, también fue director de la Oficina de Prevención del Delito, donde realizó labores de mediador con bandas delictivas durante el proceso variopinto calificado de “pacificación”, entre los años 2009 y 2010; cabe destacar que este personaje fue detenido en el año 2014 cuando parientes de privados de libertad protagonizaron en Cumaná cierres de vías y quemas de cauchos que colapsaron la ciudad, acciones cuya jefatura recayó en este “pastor de una iglesia evangélica”. Como continuación de los partes policiales de Bernal,  se  anunció también la captura de Rafael Quijada, alias “Tasmania”, miembro del Frente Bolivariano de motorizados, y calificado como otro líder responsable de los saqueos.
Los procedimientos continuaron en otro ámbito penal. Recientemente fue  destituido y puesto tras las rejas el dirigente psuvista Mauricio Mudarra, quien, hasta el momento de su detención por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), fungía como coordinador regional de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos, además de ser connotado dirigente del PSUV, fue diputado de la Asamblea Nacional por el MVR, y llegó al cargo de Secretario Privado del actual Gobernador. Su detención se debió a una solicitud del Tribunal 2do. de Control del Circuito Judicial de la ciudad de Cumaná,  bajo acusación de actos de corrupción; es decir,  estamos hablando  que le pusieron los “ganchos” al que es nada más y nada menos el jefe del ente de control y defensa del consumidor en la entidad sucrense.
Hasta ahora, a pesar de los señalamientos kafquianos de Maduro y de su combo, estos figurines de origen chavista o madurista son los que están tras las rejas, y esta realidad deja mucho que pensar sobre la cohesión psuvista.
 ¿Qué pasa dentro del chavismo, cuyo pus degradante explotó enmadurado en la pobre Cumaná? Quizás adelantó una respuesta de esta interrogante cuando digo que el proyecto político imperante en este país, desde casi dos décadas, se asemeja hoy a una casa descrita en una novela de Rodolfo Izaguirre cuyos moradores son devorados por escorpiones, cucarachas y ratas en un clima opresivo y alucinante.
BELTRÁN VALLEJO.

Vallejobelis3@gmail.com

miércoles, 22 de junio de 2016

     
         ¿DUERME USTED, SEÑOR MADURO?

El título de este artículo está  asociado a la creatividad rebelde de aquellos agitados años 60, en una Venezuela bajo la afiebrada influencia romántica de la recién instalada Revolución Cubana, y recién comenzando también  el período democrático representativo de la Presidencia de Rómulo Betancourt.  Con este ¿Duerme usted, señor Maduro?,  tomo como referencia  a Caupolicán Ovalles y a su famosa obra poética intitulada ¿Duerme usted, señor Presidente?, un poemario dedicado precisamente al gobernante adeco.

Caupolicán, poeta caraqueño,  principalísima figura del movimiento artístico denominado “Techo de la Ballena”, exguerrillero, militante del MIR, desterrado político e irreverente contumaz, fue creador de un poemario irónico  que transmite una hombría de verso trepidante y viril que cachetea duro a un gobierno que en el año 1.962 le estaba aplicando al pueblo venezolano unas medidas económicas de corte neoliberal, bautizadas como “ley de hambre”, con rebajas de sueldos y salarios en un 10%, aunado a un aumento bestial en los precios de bienes de consumo y  en las tarifas de servicios, además del incremento de los impuestos; todo esto como consecuencia de una devaluación de Bs. 3, 35 por dólar a Bs. 4, 50,  presentándose así en este país, por primera vez en el siglo XX, el fenómeno inflacionario. En sí, todas esas políticas generaron un descontento social, con marchas de desempleados y  protestas en los barrios que produjeron los primeros muertos del Estado “democrático”, estimulando así la revuelta juvenil que se tornó guerrillera.

Este poemario le produjo a Betancourt una mayúscula rabieta, al punto que le exigió a su ministro policía, Carlos Andrés Pérez, la pronta detención del poeta; pero el “gocho” le objetó tal decisión por lo inadecuado de este carcelazo que derivaría en un costo político internacional innecesario, y hasta le dijo que se despreocupara de este libro que no lo leería nadie, no pasaba de quinientos textos su publicación; sin embargo, Caupolicán no se ganó la prisión, se ganó el exilio, y los versos tuvieron una significativa divulgación.

Así pues, de la misma manera que el poeta guerrillero, hace 54 años, hizo del sonambulismo presidencial de Betancourt un tema que desnudó el carácter antipueblo de la élite gobernante, hoy también quiero hacerle un reclamo a este Nicolás Maduro que no merece dormir, que no merece acostarse bien gordo y mofletudo, panzudo él, engolosinado él, haciendo las veces de  hombrote recio en la cómoda alcoba presidencial, mientras un pueblo gime porque no come, sufre porque no se alimenta, llora porque millones de niños de millones de hogares no se nutren y se desmayan en las escuelas, mientras el país anda sus desandares y deambula de aquí y allá con un tropel intestinal que es el  hambre del pueblo, y que en vez de alimentos, el gobierno le da plomo, y ahí tenemos el ejemplo de la revuelta saqueadora de mi Cumaná que quedó en escombros como consecuencia del  hambre y del hampa, hermanados estos factores por la angustia tripal.

Hoy, homenajeando a Caopolicán, le endilgo a Maduro lo mismo que este le dijo a Betancourt: “Te llaman José el de los sueños, el de las vacas sagradas, el dueño de las vacas más flacas y Presidente de la sociedad Condal del sueño. Tus amigos te llaman Barbitúrico. ¿Hasta cuándo duerme usted, señor Presidente? Si adora la vaca, ¡duerme!; si al becerro adora, ¡duerme! Y si el General le da su almuerzo, duerme como una lirona o le da una pataleta de sueño. ¿Duerme usted, señor Presidente? Le pregunto por ser joven apuesto y no como usted, señor de la siesta”.
                                   
                                                                                        Beltrán Vallejo

Vallejobelis3@gmail.com

miércoles, 8 de junio de 2016



                                                                                Beltrán Vallejo

Después de 17 años, en los venezolanos predominan la suspicacia y la sospecha. Con estas palabras inicio mi comentario al respecto del peculiar caso de unos militares, que hasta ayer ocuparon altos cargos en el gobierno nacional, y que ahora critican, sin flojera bucal,  la innegablemente pésima gestión de Maduro.

El primero que se asomó fue el General Miguel Rodríguez Torres, ex Ministro de Relaciones Interiores y de Justicia. Se trata de un hombre que estuvo al lado de Chávez, y bien al lado, desde el complejo escenario de la seguridad de la nación, incluyendo las tareas de jefezuelo de la policía política. Su final en la cartera ministerial fue abrupto; hay quienes dicen  que fue por presión de los denominados “colectivos”; sin embargo, el gobierno lo presentó como una de sus rutinarias rotaciones. Cito textualmente las palabras con que Maduro lo despidió: “…Le he dicho que agarre 15 días de descanso, tiene 15 años sin descanso…”. Recuerdo  que el antecedente cercano de su ida del gobierno fue el incidente del 7 de octubre del 2014, cuando cinco miembros de “los colectivos” cayeron abatidos por el CICPC, dentro de una investigación a una banda de delincuentes; incluso, debido a esto, se dijo que estos grupos iban a marchar hacia la sede ministerial, acción que se suspendió por la pronta destitución de Torres. Así salió del gabinete presidencial el padre de los fulanos “cuadrantes”; salió así el Ministro de Interior más mediático de todos los que han pasado desde la Cuarta República, a mi criterio, y que tiene también el peso sobre sus espaldas, no precisamente de las cámaras de televisión, sino de los atropellos cometidos en materia de derechos humanos en aquellas batallas callejeras del 2014, las llamadas “guarimbas”.

El otro “prócer” opinático de los nuevos tiempos es el Mayor General retirado Clíver Alcalá Cordones, quien hace apenas unas semanas  manifestó que Maduro no defiende el “verdadero legado de Hugo Chávez”.  Alcalá Cordones fue comandante del Redi Guayana y de la IV División Blindada, además de la Guarnición de Maracay, y tiene, entre sus “logros”,  el estar presente de manera peculiar en la lista negra de la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, junto  a Hugo Carvajal, Rangel Silva, Rodríguez Chacín y otros figurines de ese santuario chavista  donde se mezcla el chillido de los murciélagos con el ladrido de una jauría hambrienta en noche sin luna.  Este es un personaje  de los “originarios” con Chávez; recuerden que participó en el golpe de Estado del 4 de febrero, y desde allí, millares de muestras de lealtad perruna a Hugo, al punto de que es inolvidable esa retórica cumbre de la adulación, como lo fue el discursillo que él pronunció en su condición de comandar el desfile cívico militar por los 20 años del 4 de febrero, y donde dijo que el contingente estaba compuesto de “12.400 compatriotas revolucionarios, socialistas, antiimperialistas y profundamente chavistas”; quizás allí llegó a la estratósfera con la lisonja, pero haciendo llover boñiga de caballo sobre la institucionalidad militar.  No obstante, lo que más debe recordar el país de esta figura es que en el 2013 los pueblos indígenas de Guayana, cansados de los  atropellos de este “pretoriano”, desarmaron con sus flechas y macanas a 43 efectivos militares, además de tomar el Aeropuerto de Santa Elena de Uairén.

Entonces, ¿qué de estos providenciales? Sus voces suenan inmensas e televisión; pero son oscuras como las noches del polo, unas noches  sin estrellas.